miércoles, 30 de septiembre de 2015

Sustento con hojas de pino

Gertrudis Sánchez Mejía es socia de la cooperativa de mujeres que en San José de Cusmapa  se dedican a transformar la hoja de pino en artesanías.
LA PRENSA/ O. NAVARRETE  
Gertrudis Sánchez Mejía es socia de la cooperativa de mujeres que en San José de Cusmapa se dedican a transformar la hoja de pino en artesanías.    

Por: Amalia Morales.



Un puñado de mujeres, en San José de Cusmapa, aprovecha la hoja de pino para hacer delicadas artesanías.

Para comercializar sus artículos, el colectivo de mujeres cuenta con el apoyo de la Fundación Padre Fabretto, que le ayuda a comercializar el trabajo de las mujeres en distintos puntos del país. Según María Teresa Velásquez, administradora de la cooperativa, además de la venta directa en el sala de San José de Cusmapa, tienen puntos de venta en San Juan del Sur, Granada y en Managua a través de la Fundación Padre Fabretto. Sin embargo, si alguien está interesado en adquirir estas piezas de fibra de pino puede contactarlas a través de los siguientes teléfonos: 89485045 o 81031420. Uno de los pendientes de la cooperativa es un taller donde agrupar a las mujeres que se dedican a la confección de las piezas. Por ahora, las socias trabajan en sus casas.     


En la pequeña sala de una casa en el pueblo más alto de Nicaragua, Gertrudis Sánchez Mejía, de 48 años, teje en silencio las hojas de pino que botan los árboles que rodean el casco urbano de San José de Cusmapa, Madriz, a 1,200 metros por encima del nivel del mar. Con ellas confecciona canastas, vasijas para flores artificiales, alhajeros, diademas para la cabeza, llaveros… Gertrudis, una mujer con dificultad para caminar desde que una bala perdida le atravesó una pierna años atrás, ha encontrado en este oficio de tejer hojas de pino una forma de ganarse la vida.     


Y como ella, hay otras 34 mujeres más de San José de Cusmapa, un municipio que está a 248 kilómetros de Managua, y que cada año es asediado por la sequía.

Desde el 2002, un grupo de mujeres comenzó a recoger las hojas de los pinares cercanos y a confeccionar distintos objetos. Cuatro años más tarde, en el 2006, constituyeron una cooperativa, explica María Teresa Velásquez, administradora de la Cooperativa de Servicios Múltiples padre Rafael María Fabretto.

María Teresa explica que gran parte de las mujeres viven en el casco urbano de San José, son amas de casa y algunas madres solteras, y que la artesanía fabricada se ha convertido en una importante fuente de ingresos.

Aunque la hoja de pino siempre había estado en los alrededores, las mujeres comenzaron a tejerlas a partir de las capacitaciones que recibieron, en las que fueron aprendiendo a usar distintos colores de hilos y a crear piezas que tienen distintos usos.

Lo más difícil de las piezas es lograr que el manojo de hojas no se suelte, según explican María Teresa y Gertrudis. Y es tan minuciosa su confección que en un solo día se puede fabricar una pieza. Gran parte de las socias realizan el trabajo desde sus casas, una vez que terminan las piezas las llevan a la sala de exhibición de la cooperativa que está frente a uno de los miradores del pueblo. María Teresa dice que la cooperativa provee a las socias de los hilos para trenzar las hojas y cada socia consigue las hojas.

“Este es un producto original del municipio de San José que las artesanas elaboran manualmente”, comenta María Teresa.    

    
Vasijas y canastas para distintos usos y de varios colores se consiguen en el taller de este colectivo de mujeres.     


HASTA JAPÓN          


Por lo general, son muchachos del pueblo los que consiguen las hojas que deben tener un largo de unos veinte centímetros para que puedan usarse. Cada manojo se consigue a un precio aproximado de cinco córdobas.

Para Gertrudis la confección de estas artesanías constituyen su única fuente de ingreso. No precisa cuánto se puede ganar a la semana, o al mes, dice que eso varía y depende mucho de los pedidos, pero con lo que se gana aporta a la economía de su casa compuesta por mujeres. Su mamá y una hermana atienden una pulpería que está en la entrada de la casa.

El trabajo de estas mujeres, conocido en unos cuantos departamentos del país, ha viajado hasta Japón. En el 2010, según publicó LA PRENSA, la comercializadora internacional japonesa, Jetro, adquirió más de doscientas canastas de fibra de pino que hacen estas mujeres para venderlas en la tienda African, Forest, en Kyoto, Japón.     

     
En el año 2010 la artesanía de pino viajó hasta Japón, una comercializadora internacional adquirió parte del trabajo de estas mujeres.    

SOMBREROS Y BISUTERÍA       

El colectivo siempre está experimentando con nuevos productos. En los últimos años están elaborando bisutería como chapas de colores diversos y aros de hilo y pino para la cabeza.


Uno de los productos más recientes son los sombreros, cuya confección requiere más tiempo que una canasta (de ocho a doce horas). Por el tiempo que requiere, los sombreros se han convertido en una especie de artículo premium, y se cotiza a un valor más elevado que el resto de las piezas.

La administradora explica que de los ingresos que se obtienen una parte se destina para los gastos de la cooperativa, la compra de insumos y comercialización, y otra parte es la ganancia de las socias.   

   
El precio de los artículos varía de acuerdo con las piezas.

EL IMPULSO DE LA FUNDACIÓN FABRETTO


Para comercializar sus artículos, el colectivo de mujeres cuenta con el apoyo de la Fundación Padre Fabretto, que le ayuda a comercializar el trabajo de las mujeres en distintos puntos del país. Según María Teresa Velásquez, administradora de la cooperativa, además de la venta directa en el sala de San José de Cusmapa, tienen puntos de venta en San Juan del Sur, Granada y en Managua a través de la Fundación PadreFabretto. Sin embargo, si alguien está interesado en adquirir estas piezas de fibra de pino puede contactarlas a través de los siguientes teléfonos: 89485045 o 81031420. Uno de los pendientes de la cooperativa es un taller donde agrupar a las mujeres que se dedican a la confección de las piezas. Por ahora, las socias trabajan en sus casas.      


1,000 a 500 piezas se venden cada mes a través de los distintos puntos de comercialización con que cuentan en el país. Una de las metas de la cooperativa es ampliar su red de comercialización y ampliar la variedad de diseños.

Ver contenido original de esta noticia en: http://www.laprensa.com.ni/2015/09/24/reportajes-especiales/1907473-sustento-con-hojas-de-pino


1,000 a 500 piezas se venden cada mes a través de los distintos puntos de comercialización con que cuentan en el país. Una de las metas de la cooperativa es ampliar su red de comercialización y ampliar la variedad de diseños.         


Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni, Managua, Nicaragua.  
Sección: Reportajes Especiales.  
Miércoles 30 de Septiembre del 2015.  
Fecha Original: Jueves 24 de Septiembre del 2015.










 


 

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