miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mujeres sembrando un mejor futuro

San José de Bocay, Jinotega, está ubicado a 239 kilómetros al norte de Managua.   El 80 por ciento de su población vive en el ámbito rural, según el Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE).
LA PRENSA/ L. VILLAGRA  
San José de Bocay, Jinotega, está ubicado a 239 kilómetros al norte de Managua. El 80 por ciento de su población vive en el ámbito rural, según el Fondo de Inversión Social de Emergen.cia (FISE).

Por: Rezare  Álvarez M.    



Con planes de fincas para diversificar los cultivos, mujeres y jóvenes de cuatro comunidades de San José de Bocay han logrado conservar los suelos y fuentes de agua.   


Aprender haciendo. Así describió su experiencia de cambiar la forma de cultivar su parcela Yadira Castro Hernández, una joven habitante de la comunidad La Paz de Bocay en San José de Bocay, Jinotega. 

Yadira es una de las más recientes beneficiadas de las cuatro Escuelas de Campo que desarrolló la organización Ongawa, Ingeniería para el Desarrollo Humano en las comunidades La Camaleona, Los Ángeles, Los Molejones y La Paz de Bocay. 

La participación de las mujeres en las Escuelas de Campo fue esencial para el desarrollo del proyecto. De las 157 personas que participaron, el 48 por ciento eran mujeres.   


Esmeralda Aguilar, suegra de Yadira, narró que desde que se le presentó la oportunidad a su nuera, ella decidió apoyarla. La parcela donde Yadira aplica los conocimientos adquiridos en la Escuela de Campo pertenece a su suegra. Esmeralda aseguró que lo aprendido por su nuera, ella no lo sabía.

“Yo siento bueno esto, porque no sabía lo que ella (Yadira) está aprendiendo y desde el proyecto nosotros hemos mejorado, porque a las mujeres no nos tomaban en cuenta en nada, no estábamos organizadas en nada. Ahora yo me siento orgullosa porque nos han tomado en cuenta y yo le doy el apoyo a ella para que estudie y la tierra para que trabaje”, expresó Esmeralda.

Carlos Emilio Áreas, facilitador de Ongawa en las Escuelas de Campo, explicó que antes de iniciar el proyecto realizaron un diagnóstico a través del cual lograron identificar “muchas debilidades en las parcelas, la parte de la producción estaba bastante débil, entonces las Escuelas de Campo surgió como una iniciativa para ir buscando como promover esta parte de asistencia técnica, y buscamos como promover la parte de mujeres y jóvenes, porque nos dimos cuenta que esto era una debilidad, las mujeres poco eran tomadas en cuenta, nosotros buscamos como incluirlas”.          

La flora y fauna de San José de Bocay  acumulan una variedad de recursos que hacen de este lugar un paraíso.  LA PRENSA/ L. VILLAGRA     
La flora y fauna de San José de Bocay acumulan una variedad de recursos que hacen de este lugar un paraíso.           

DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA                  

Según Áreas “al inicio fue bastante difícil porque la gente está enmarcada en asuntos culturales, la experiencia que tienen de forma tradicional, entonces a nosotros nos sirvió bastante lo de aprender haciendo. Nosotros le explicamos a la gente los beneficios, pero además de eso llevamos a los estudiantes a las parcelas e implementamos las prácticas y que ellos mismos se dieran cuenta de los resultados”.


Entre los logros obtenidos de las Escuelas de Campo están los planes de finca, que sirven para identificar problemas y las posibles soluciones en las parcelas; la creación de barreras vivas (hechas con monte) y cercas vivas (con árboles frutales) para fijar el suelo y evitar deslizamientos en la época de lluvia y la diversificación de la producción que pasó de ser maíz y frijol, a maíz, cacao, café y frijol.

Además de lograr la fijación de suelo, con las técnicas aprendidas, pequeños productores como Isidro Jirón Meza, también aprendieron a conservar las zonas de recarga hídrica y a no seguir cortando árboles para tener más espacio para sembrar.     

“Ahora hemos aprendido bastante, a través de este proyecto que ha venido. Después de lo que hemos aprendido, podemos seguir implementando estos trabajos de siembra que nos enseñaron, ahora estamos mejorando la finca con esto que nos enseñaron de las barreras vivas para que nos se nos vaya a lavar el suelo cuando llueve”, afirmó Jirón Meza.     

Las cercas y barreras vivas  ubicadas en las zonas donde hay pendientes, sirven para fijar el suelo y evitar deslizamientos en época de lluvia.  LA PRENSA/ l. VILLAGRA    
Las cercas y barreras vivas ubicadas en las zonas donde hay pendientes, sirven para fijar el suelo y evitar deslizamientos en época de lluvia.    

TRABAJO MULTIDISCIPLINARIO       


Las Escuelas de Campo son parte de uno de los tres pilares que conforman el trabajo de Ongawa en San José de Bocay. La organización con el apoyo financiero de la Unión Europea promueve el mejoramiento productivo, el empoderamiento económico y el fortalecimiento organizativo y de participación ciudadana, dirigido a mujeres y jóvenes.

Para cubrir los ejes de empoderamiento económico y organización ciudadana se han apoyado en organizaciones como la Fundación Mujer y Desarrollo Económico Comunitario (Fumdec) que ha trabajado en la organización de las mujeres y el conocimiento de sus derechos.

Esmeralda se describe ahora como una mujer nueva, ella y su nuera ya tienen una voz dentro de su familia y forman parte de las actividades productivas y decisiones que se toman en su familia, tienen dominio económico y conocen sus derechos.

“Antes no nos tomaban en cuenta, pero ahora me siento satisfecha porque sabemos que las mujeres tenemos valor igual que los varones también, y estamos participando con otras mujeres y estamos trabajando todas”, dijo emocionada Esmeralda.     


600,000 dólares fue el financiamiento dado por la Unión Europea para la mejora en las actividades productivas, capacidades económicas hacia mujeres y mejora en participación ciudadana enfocada en mujeres y jóvenes de San José de Bocay, Jinotega.      


En las Escuelas de Campo hubo una participación equitativa de género,  ya que el 52 por ciento de los participantes fueron hombres y el 48 por ciento mujeres. LA PRENSA/ L. VILLAGRA      

En las Escuelas de Campo hubo una participación equitativa de género, ya que el 52 por ciento de los participantes fueron hombres y el 48 por ciento mujeres.          


FONDO SEMILLA PARA NEGOCIOS     


Tanto en el casco urbano de San José de Bocay como en comunidades de la zona rural, Ongawa destinó fondos semillas para financiar proyectos microempresariales.

Previo a la entrega de los fondos, mujeres y jóvenes recibieron capacitaciones y asistencia técnica para la elaboración de planes de negocio y el planteamiento de emprendimientos.

En total se ejecutan ocho proyectos que recibieron un fondo común superior a los trescientos mil córdobas para la puesta en marcha.

También se creó el Fondo Económico de Mujeres y Jóvenes que ha beneficiado a 131 personas, en su mayoría mujeres, para propiciar el empoderamiento económico. En esta iniciativa el fondo semilla entregado es superior al medio millón de córdobas.

Además, a través de la Fundación Mujer y Desarrollo Económico Comunitario (Fumdec) se ha logrado enseñar a las mujeres la importancia de leyes como la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres (Ley 779) o el nuevo Código de la Familia.    

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni, Managua, Nicaragua.  
Sección: Reportajes Especiales. 
Miércoles 30 de Septiembre del 2015. 
Fecha Original: Domingo 20 de Septiembre del 2015.

 









 

                   












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