Hay quienes trabajan en las parcelas de tierra de sus
padres, implementando las técnicas aprendidas en los CEAR, como la instalación
de túneles de cultivo, sistemas de riego, cosechas de agua, diversificación de
cultivos, entre otros.
Por: William Aragón.
Los Centros de Educación Alternativa Rural ayudan a contener
la migración del campo a la ciudad.
Juan Alberto Pérez Vásquez, de 27 años, egresó de su primaria
a los 16 años en la comunidad de Santa Rosa, en el municipio de San Lucas. Por
los escasos recursos económicos de su familia, las posibilidades para empezar
secundaria eran pocas.
Una situación similar enfrentaba Massiel Carolina Ramos
García, de 25 años, cuando a sus 13 años salió de primaria en la escuela de Las
Playas, en la comunidad fronteriza (con Honduras) de Santa Rosa, en San Lucas.
Afortunadamente ellos fueron parte del grupo al que se les abrió una
oportunidad con la apertura de los Centros de Educación de Alternativa Rural
(CEAR) impulsados por varios organismos, a través del Instituto de Promoción Humana
(Inprhu) de Somoto. Juan
Alberto y Massiel Carolina no desaprovecharon la oportunidad
que varios organismos de cooperación internacional auspician desde el 2000. En
el CEAR cursaron secundaria y a la vez una carrera técnica en agroecología,
avalada por el Instituto Nacional Tecnológico (Inatec).
Las carreras técnicas en los CEAR, Madriz, se realizan de forma teórica y práctica.
“Mi sueño de llegar a la universidad se me facilitó con el
título técnico que obtuve del CEAR de San Lucas. Me convalidaron las clases de
dos años y con tres más saqué la carrera en Ciencias Agropecuarias en una
universidad del norte”, dijo Juan Alberto Pérez Vásquez.
Eso le permitió fundar la Cooperativa Multisectorial Jóvenes
Emprendedores de Madriz (Comjeruma), la más fuerte en apicultura de Las
Segovias, con más de treinta productores jóvenes (hombres y mujeres) asociados.
La crianza de gallinas criollas para la comercialización de
carne y huevos es una alternativa de empleo para los jóvenes que han estudiado
en los CEAR.
Esa cooperativa comercializa miel de abeja. Al mes se estima
que producen más de trescientos litros, que venden en el mercado local y
nacional. Massiel Carolina Ramos García ahora tiene un título universitario y
también forma parte de esa cooperativa. Ambos se han forjado como especialistas
en apicultura.
Los CEAR también dieron la oportunidad de cambiar la vida al
joven Jeiquel Alfredo Umanzor Reyes, de 22 años, originario de la comunidad de
Moropoto, en el municipio de San Lucas. Relató que a los 14 años se enroló en
las pandillas, fue líder de grupo y contribuyó a sembrar violencia e
inseguridad en su comunidad.
“Gracias al apoyo de los técnicos del Inprhu de Somoto que
llegaron a la comunidad a ofrecerme la oportunidad de cursar la carrera técnica
de Agroecología en los CEAR me metí al proyecto. Yo tenía pena decir que tenía
sexto grado aprobado”, recordó. Dijo que concluyó su secundaria y hoy es
propietario de una pulpería en su comunidad y está por graduarse en Sociología
en una universidad del norte.
El estudio en grupo es una exigencia para la socialización
de los jóvenes y adolescentes del campo.
JÓVENES DE FUTURO
Doña Gladys Cáceres, directora del Inprhu de Somoto, comentó
que los testimonios de los jóvenes rescatados de las pandillas dan referentes a
seguir en el trabajo y destacó el rol de los CEAR para la formación de jóvenes
del futuro.
La mayoría de jóvenes que han estudiado en los CEAR son
propietarios de pequeños negocios, entre estos la crianza de animales como
conejos, pelibuey o cabras, gallinas y chompipes. También se destacan en la
producción de hortalizas y hasta en la elaboración de rosquillas. Siempre se
les ve en ferias populares.
También están los jóvenes emprendedores de una cooperativa
de cultivo de colmenas y producción de miel de abeja. Otros producen semillas
certificadas de maíz y frijol. Gladys Cáceres explicó que entre las carreras
que se brindan en los CEAR están: Técnico Básico en Agroecología con
especialidad en Gestión Agropecuaria; bachillerato Técnico Agropecuario,
Técnico Medio Agroecológico, Técnico Básico en Comunicación Social, Gestión
Integrada y Ecológica de Fincas.
Refirió que brindan cursos certificados por el Inatec como:
Aplicación de fármacos y cirugía menor, Apicultura, Fertilización orgánica,
Procesamiento artesanal de frutas y hortalizas, Turismo sostenible con enfoque
empresarial, Plantas medicinales y aromáticas, Formulación de planes de
negocios, Cultivos no tradicionales y Promotor de Desarrollo Comunitario, entre
otros.
“Los CEAR son una alternativa de retener a los jóvenes en el
campo, y que ayuda a contener la migración del campo a la ciudad”, indicó doña
Gladys.
La siembra de hortalizas y legumbres orgánicos es aprendida
por los jóvenes y adolescentes en los CEAR de Madriz.
EMPRENDEDORES
En los municipios de San Lucas, Las Sabanas y Totogalpa,
Madriz, surgieron en el 2000 los Centros de Educación de Alternativa Rural
(CEAR) impulsados por varios organismos, a través del Instituto de Promoción
Humana (Inprhu) de Somoto, como un modelo de capacitación técnica de desarrollo
sostenible dirigido a la formación de adolescentes y jóvenes del campo,
principalmente de los pueblos indígenas. Los CEAR se extendieron a otros
municipios como Telpaneca, en Madriz y Mozonte, Nueva Segovia.
Gladys Cáceres, directora del Inprhu Somoto, comentó que
luego que se gradúan los jóvenes “se introducen en el emprendedurismo y en el
impulso de planes de negocios”.
La mayoría de jóvenes que han estudiado en los CEAR son
propietarios de pequeños negocios.
16 CEAR se han logrado instalar en diferentes departamentos.
Se han promocionado más de 600 jóvenes de 233 comunidades, muchos de ellos
ahora dueños de pequeños negocios.
Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni, Managua, Nicaragua.
Sección: Reportajes Especiales.
Miércoles 30 de Septiembre del 2015.
Fecha Original: Viernes 25 de Septiembre del 2015.
Esa cooperativa
comercializa miel de abeja. Al mes se estima que producen más de
trescientos litros, que venden en el mercado local y nacional.
Massiel Carolina Ramos García ahora tiene un título universitario y
también forma parte de esa cooperativa. Ambos se han forjado como
especialistas en apicultura.
Los CEAR también dieron la oportunidad de cambiar la vida al joven
Jeiquel Alfredo Umanzor Reyes, de 22 años, originario de la comunidad de
Moropoto, en el municipio de San Lucas. Relató que a los 14 años se
enroló en las pandillas, fue líder de grupo y contribuyó a sembrar
violencia e inseguridad en su comunidad.
“Gracias al apoyo de los técnicos del Inprhu de Somoto que llegaron a la
comunidad a ofrecerme la oportunidad de cursar la carrera técnica de
Agroecología en los CEAR me metí al proyecto. Yo tenía pena decir que
tenía sexto grado aprobado”, recordó. Dijo que concluyó su secundaria y
hoy es propietario de una pulpería en su comunidad y está por graduarse
en Sociología en una universidad del norte.
Ver contenido original de esta noticia en: http://www.laprensa.com.ni/2015/09/25/reportajes-especiales/1908153-jovenes-emprenden-en-el-campo
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