En el hospedaje Basari no solo se aloja a los perros, también se les enseña a ser más sociables.
Esta es la historia de éxito de unos profesionales que por amor al mejor
amigo del hombre lo dejaron todo, incluida una empresa prometedora.
Por: Wendy Alvarez Hidalgo.
Hace tres años Bayardo Rivas y su esposa Sandra
Rivas eran profesionales con un futuro prometedor. No eran empleados,
sino empleadores. Él era un informático propietario de una empresa
consultora; y ella psicóloga y socia del negocio. Y aunque todo iba bien
en la empresa, ambos sentían que iban contra lo que realmente les gusta
hacer: cuidar perros.
Es un amor canino que lo llevaban en la sangre, con tal carga que ambos un día decidieron renunciar a sus respectivas profesiones para darle rienda suelta a sus verdaderas pasiones, sin imaginar que encontrarían el negocio de sus vidas.
Pero el amor por los perros no nació por casualidad. Bayardo desde muy pequeño aprendió el oficio de criador de canes, cuyos conocimientos luego compartiría con su esposa e hijos. Por eso la familia surgió y creció entre perros. “Hemos tenido perros toda la vida, en mi caso desde que era un niño y esa pasión fue lo que me encaminó a ser criador y luego nos permitió identificar una oportunidad de negocio”, cuenta el emprendedor.
Toda la familia está involucrada en el cuido y manejo de perros, lo que hace más llevadero el negocio.
Cada diciembre la familia Rivas se topaba con una cruda realidad, cada vez que querían vacacionar: nadie quería cuidar a sus perros. Un problema que sabían que no era exclusivamente de ellos, y fue ahí cuando surgió la idea: ¿por qué no fundar un hospedaje canino?
“Teníamos muchos conocimientos empíricos del cuido y protección de los perros, cómo alimentarlos, cómo tratar con ellos, sabíamos que teníamos lo básico para arrancar este negocio”, dice Bayardo.
Fue así como nació el Hospedaje Canino Casa Basari. Dejaron atrás la empresa de consultoría y empezaron a acondicionar su propia casa para hospedar a los perros. Luego, entre sus amigos y redes sociales comenzaron a ofrecer sus servicios de cuidadores de canes las 24 horas al día o más, se aliaron con varias clínicas veterinarias, y pronto diversificarían su oferta. “Hemos tenido clientes que nos han confiado cuatro perros por cuatro meses”, afirma.
Los perros son atendidos las 24 horas del día y tienen tiempo de recreación.
La fama del buen servicio y atención para los perros empezó a dar frutos: iniciaron con un chihuahua y al poco tiempo llegaron a hospedar unos 32 perros, adicionales a los 11 canes que son parte de la familia.
“Se invierten muchos recursos económicos, se invierte mucho tiempo y paciencia, pero esto era lo que nosotros desde hace mucho tiempo estábamos buscando”, afirma. El negocio se lo tomaron tan en serio, que ambos emprendedores inclusive han viajado al exterior para capacitarse; y por eso decidieron incorporar otro servicio: grooming o estética canina.
Además ambos han tomado cursos de psicología canina y adiestramiento profesional. “Ya las veterinarias y compañías que distribuyen productos veterinarios para pequeñas especies ya nos consideran parte del negocio y nos invitan a charlas, hemos aprendido un montón, hemos venido profesionalizando los conocimientos empíricos”, expresó.
EN CRECIMIENTO
Ahora al hospedaje no solo llegan clientes a dejar sus perros mientras salen a vacacionar, también llegan a alojarlos cuando las perras, por ejemplo, están en sus últimos días de embarazo, cuyos cachorros son entregados al dueño cuando estos ya pueden comer alimentos distintos a la leche materna. También hospedan a canes en celo, o bien tras una operación. No se ofrecen servicios veterinarios, pero si hay una emergencia, tienen alianza con clínicas.En el Hospedaje Canino Casa Basari se cuidan perros desde los más bravos hasta los más mansos. Si llegan agresivos, salen apacibles, porque son tratados psicológicamente a través de ejercicios de socialización. La demanda del servicio ha crecido tanto, que contrataron a dos personas más, y además están invirtiendo más de tres mil dólares para ampliar el área de baño y de alimentación de los animales.
En el negocio también están involucrados sus tres hijos, y la pequeña de la casa se encarga de entretener a los cachorros para desestrezarlos.
EL DÍA A DÍA
¿Pero, cómo es un día canino en este hospedaje? Dependerá del servicio que usted contrate, pero básicamente cuando el perro es llevado se registra en una ficha informativa, explica Sandra.Se está ampliando la capacidad de alojamiento a 50 perros.
La atención canina, una vez que estos son alojados, comienza a las cinco de la mañana hasta las diez de la noche. A primera hora el animal sale de su jaula para ir al baño, a las 6:30 a.m son sacados a pasear, luego regresan y descansan y a su vez toman su desayuno, luego a mediodía son dejados sueltos en el patio, que es espacioso, mientras se alista el almuerzo.
Por la tarde, explica, empieza el proceso de socialización y adiestramiento entre los animales que son compatibles entre sí. “Los entrenamientos que hemos hecho en psicología canina nos permite identificar quiénes pueden y quiénes no pueden compartir entre perros”, afirma Bayardo.
La época de mayor demanda del servicio es Semana Santa, los fines de semanas largos, diciembre y fiestas patrias.
US$$13 puede costar una noche en este hotel para caninos de razas grandes y 11 dólares para las pequeñas.
CONTACTO
Propietarios: Bayardo Rivas Romero y Sandra Rivas Henríquez.
Dirección: Residencial Vista de Esquipulas, Bloque A-6 No. 9
Teléfono: 22993626 / 88507454 /89906934
Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni, Managua, Nicaragua.
Sección: Reportaje Especial/Economía.
Viernes 10 de Abril del 2015.
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