Se fue de Nicaragua en busca de un empleo que le permitiera proveer a su familia. Hoy se abre espacios con su talento culinario.
Por: Judith Flores/Miami.
Brenda Castellón es el rostro de la mujer trabajadora nicaragüense
que sale de su casa para conseguir el sustento de sus hijos. Ella partió
hace diez años de su natal Jalapa, Nueva Segovia, con destino a Estados
Unidos, con un único propósito: la búsqueda de trabajo para sustentar a
sus tres hijos, hoy convertidos en jóvenes y adolescentes de bien
Brenda
tiene 38 años, vive en Miami, se ha abierto camino con trabajo,
dedicación y esfuerzo. Llegó a Estados Unidos por México, aún con todos
los peligros que representa viajar por esa ruta. Habla muy poco de esa
experiencia, para ella es parte del pasado.
Han sido años de
trabajo duro, de soledad, pero un viaje con propósitos y metas en un
país que no es el suyo y que a pesar de no tener un estatus legal, le ha
dado la oportunidad de crecer y convertirse en la administradora de un
restaurante de comida mexicana, el primero con especialidad en tacos
michoacanos, que abrió sus puertas hace tres años.
La Taquería Viva México está ubicada en 542 SW 12 avenida, en Miami, Florida.
¿Por qué emigraste y cómo lograste llegar a Estados Unidos?
Soy
madre soltera, me vi obligada a abandonar mi país en busca de
oportunidades para el sustento de mis tres hijos; inicialmente estuve en
Costa Rica, recogí un dinero y regresé a Nicaragua con la intención de
quedarme pero el dinero se acabo y no encontré trabajo y decidí viajar a
Miami para trabajar, fue difícil porque sabía que pasaría mucho tiempo
sin ver a mis hijos, que me los cuida mi mamá. Es duro porque hay que
dejar la familia, el temor a los desconocidos y la travesía para llegar
aquí.
Llegué por la frontera con México, me ayudó una amiga, al
llegar aquí busqué trabajo en restaurantes y después me independicé;
aquí no tengo familia. Es duro porque hay que dejar la familia.
¿Te has convertido en una chef autodidacta?
Sí,
descubrí que la cocina es mi pasión, más la comida mexicana. Cuando
estuve en Costa Rica también trabajé en restaurante, el chef era un
señor nicaragüense de 60 años, le caí bien y me enseñó de cocina. Cuando
llegué a Miami trabajé en un restaurante mexicano, la dueña era muy
celosa con sus recetas pero con el tiempo me fue enseñando, fui la única
persona en que confió sus recetas, había platos que solo ella los hacía
pero me los fue enseñando y luego yo los preparaba. Aprendí muchísimo
con ella, y me gusta ver programas de cocina.
¿Cómo una mujer sola ha logrado salir adelante en este país con idioma y cultura diferente a la nuestra?
En
Estados Unidos se me presentó la oportunidad de hacer lo que me gusta.
Vine acá y me enamoré de la comida mexicana, me gusta la cocina de todos
los países pero la mexicana ha sido mi pasión.
Donde he llegado a
trabajar me han brindado amistad. El dueño del restaurante Viva México
era pintor y llegaba a comer donde yo trabajaba, él decidió abrir este
restaurante, me contrató para atender al público, me fui metiendo en la
cocina, él puso su confianza en mí y hoy estoy encargada de la
administración.
Me dicen que el restaurante ha ido creciendo…
Sí,
se trata de que la gente se sienta cómoda, bien atendidos en un
ambiente agradable donde tienen esa conexión de platicar, de venir y
sentarse para comerse un rico taco. Vienen de todas partes de
Latinoamérica, también americanos, asiáticos… Tenemos esa combinación de
la autenticidad de la comida porque es el primer lugar en Miami de
tacos michoacanos.
¿Cuál ha sido la fórmula para lograr tus metas?
Me
he enfocado, mi principal inspiración y compromiso son mis hijos, ellos
son mi primer pensamiento al despertar cada mañana. He puesto empeño y
dedicación en mi trabajo para lograr mi objetivo de convertir a mis
hijos en profesionales y que nada les falte, poco a poco me he ido
abriendo camino.
No lo veo como mi trabajo, lo veo como una oportunidad de vida, me gusta cocinar y atender a los clientes.
¿Qué tipo de limitaciones has enfrentado?
No
he podido estudiar debido a mi estatus de inmigrante, me gustaría ser
una chef profesional, pero por el estatus no he podido, pero las
oportunidades siempre hay cuando lo quieres hacer y desarrollarte, aquí
existe la oportunidad de crecer como ser humano, y yo he ido
aprendiendo.
¿Cómo han sido estos diez años lejos de tus hijos, vale la pena?
Tengo
la satisfacción de que mis hijos están estudiando, mi hija mayor
estudia una carrera técnica en computación y trabaja, mi otra hija está
en la universidad, estudiando licenciatura en Sistemas, mi hijo ya está
en cuarto año de secundaria.
En ese sentido vale la pena, lo malo
es que no me han tenido con ellos pero el día de mañana voy a decir mis
hijos aprovecharon mi sacrificio.
Aunque he estado lejos, siempre
he estado al pendiente de sus necesidades, hablar con ellos, inculcarle
los valores que mi mamá me inculcó, mi madre ha sido mi pilar porque
ella los ha criado y los está educando como me educó a mí, hoy veo a mis
hijos que van creciendo y son buenos muchachos. No quise traerlos
ilegalmente para que no vivieran lo que yo pase al cruzar la frontera y
que no enfrentarán las limitaciones que tenían los niños hijos de
indocumentados que llegaban a graduarse de secundaria y después no
podían continuar estudiando.
No me importa pasar 14 y 15 horas de
trabajo al día porque tengo la dicha que mis hijos estudian, comen,
duermen, no están expuestos al peligro y que mi madre los cuida como si
fueran propios.
¿Cuál es tu sueño para el futuro?
Regresar a
Nicaragua para quedarme a vivir y poner mi propio negocio, quiero tener
la oportunidad de estar cerca de mis hijos, después que ellos se hayan
graduado como profesionales, es lo que más anhelo.
Quiero estudiar
para chef de comida internacional, con especialidad en la comida
mexicana. Espero que se me pueda cumplir ese sueño.
Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua.
Sección: Reportaje Especial.
Jueves 23 de Julio del 2015.
Fecha Original : Miércoles 22 de Julio del 2015.
jueves, 23 de julio de 2015
Una nica que lucha por sus sueños en Miami
Publicado por Josue B en 7:51
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