Repostería El Maná en Masaya busca la consolidación de mercado tras años de arduo trabajo.
Por: Yohany López
¡Repostería, repostería! Fue uno de los pregones que con voz fuerte
Norman Wheelock usó en el mercado municipal de Masaya, el parque y otras
calles de la ciudad para ofrecer su producto bajo el sello de El Maná,
un negocio que se abrió paso en medio de las burlas y la incertidumbre
si este resultaría o no.
Wheelock junto con su esposa, María Antonia Cuadra, son los gerentes
propietarios de Panadería El Maná, en Masaya. Ambos sonríen a la vida y
dan gracias a Dios por un negocio que, con nueve años de existir en esa
ciudad, hoy cuenta con una inversión de 650,000 dólares en nueva
infraestructura y que ahora busca posicionarse en el pacífico, centro y
norte del país.
La historia de este matrimonio inicia con la pasión de la señora Cuadra por la repostería y cocina, y la habilidad de Wheelock para hacer negocios y vender.
Él era ejecutivo de ventas para una empresa mayorista y ella ayudaba a
su mamá en la administración de una comidería. Estos fueron solo uno de
los antecedentes que valieron la suficiente experiencia para que ahora
estén al frente de una panadería con más de sesenta trabajadores.
DEL AIRE ACONDICIONADO AL SOL
Una vez que Wheelock dejó su empleo en una compañía pasó de coordinar
a grupos de degustadoras e impulsadoras y realizar inclusive planes de
negocios para distintas marcas de productos, a vender en las calles algo
que para su esposa era un tanto penoso, pero para él era la forma ideal
para poder captar ingresos.
Fue a finales de 2006 con un préstamo de cinco mil dólares, para la
prima de un horno industrial, una batidora y diez bandejas de aluminio,
que Cuadra se desprende del negocio de su familia materna y comienza su
propio sueño.
Y tras empezar la venta de repostería por encargo y distribuyendo a
mujeres en el mercado municipal, ellas mismas fueron las que propiciaron
el escenario de crecimiento tras una mala jugada.
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Llegué por la mañana a tomar pedidos y resulta que en la tarde tras un
atraso, ninguna de ellas quiso tomar el pedido que se había hecho horas
antes y al ver esa situación, hablé con mi esposa y le dije que yo mismo
me iría a vender el producto al mercado. Así entré a las 3:30 de la
tarde, en medio de las burlas e insultos de las mismas mujeres, que
dijeron que estaba perdiendo el tiempo, y a las 5:30 de la tarde salí
con las manos vacías porque había vendido todo”, recuerda el gerente
propietario de Panadería El Maná.
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En ese entonces, Cuadra estima que apenas en un día preparaban diez
libras de harina para un promedio de 120 unidades de repostería, que
salía a vender su esposo a las calles. En una semana requerían diez
cajillas de huevo. En ese entonces solo daban empleo a dos personas
adicionales al matrimonio, el que tenía múltiples funciones, desde
producción, logística y contabilidad.
“Ese hecho solo fue el inicio para una nueva etapa. Entonces un amigo
me planteó establecer rutas de ventas, y así empezamos a llevar a las
pulperías, pero como el producto era nuevo y más caro, entonces hubo
mucha negativa por parte de varios pulperos que no confiaban en la
rotación de las tortas o la repostería que ofrecíamos”, cuenta Wheelock.
INESPERADO CRECIMIENTO
Cuadra recuerda que esos primeros meses fueron bastante difíciles,
porque existían tres panaderías en esa zona que gozaban de amplia
trayectoria, pero aún así apostaron a desarrollar un negocio de calidad.
Luego del primer aniversario, en noviembre de 2007,
cuando realizaron promociones y rifas con la clientela, el gerente
propietario dice que necesitaron más personal, se incrementaron los
pedidos, inclusive produjeron mayor variedad de productos.
“Pero todo ese crecimiento en todas las áreas tuvo un precio en la
salud. Había días que no dormíamos por no quedar mal, pero con una
rutina de arduo trabajo me enfermé y mi esposa tuvo por más de veinte
días que quedar al frente del negocio y ver la producción, ventas y
compras de insumos, algo muy cansado, pero fue el momento en que nos
dimos cuenta que era necesario trabajar más organizados”, afirma
Wheelock.
Para 2008 era necesario otro horno industrial y a
falta de liquidez y financiamiento, compraron uno usado. Fue de esa
manera y con bastante disciplina que el matrimonio inicia un proceso
constante de reinversión del capital.
Ambos coinciden que ese camino no ha sido fácil, pero la buena
administración les resultó la fórmula para que el negocio estuviera
libre de deudas o no quedara mal ante los trabajadores.
CON MIRAS AL EXTERIOR
Para 2013 Panadería El Maná ya contaba con 36 trabajadores y ya había abierto nuevas rutas en los municipios aledaños.
Al finalizar el 2015, cuando ya emplea a 65 personas,
Wheelock afirma que dividen la producción en seis rutas en: Managua,
Rivas, Carazo, Granada y en su momento enviaron pedidos a Chontales y
Río San Juan, pero por razones de viabilidad en el costo, decidieron
concentrarse en las cuatro primeras.
“Nuestro sueño es tener 12 rutas a nivel nacional, abastecer a los
supermercados y exportar galletas y panes integrales a Estados Unidos y
Taiwán, que son los principales destinos que estamos estudiando”,
precisó el gerente propietario.
Ambos coinciden que la disciplina, el esfuerzo, la
dedicación y su fe en Dios ha sido ese motor que los ha levantado cada
día, pese a dormir en ocasiones solo tres horas por la alta demanda de
productos y “aún así nosotros ni nos quejamos porque trabajo siempre
tenemos”, resalta Cuadra.
Y aunque por razones de confidencialidad omitieron cuánto producen por
día o semana, Wheelock manifiesta que ofrecen 45 variedades de
reposterías y una línea económica de 17 productos.
PROYECTAN UNA FRANQUICIA
Los gerentes propietarios de Panadería El Maná en Masaya, Norman
Wheelock y María Antonia Cuadra, proyectan que en un período de tres
años puedan iniciar un proceso de franquicia para la marca.
Y otro de los sueños para exportación de productos, está la elaboración
de panes con sabores tropicales que gozan de amplia aceptación en el
exterior.
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Hemos recibido bastantes personas que están interesadas en que nosotros
solo les coloquemos el producto bajo nuestra marca y ellos ofrecer en
tiendas que ya tienen u otras que crearían”, explica Wheelock.
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En todo ese proceso, se han acercado a organizaciones que les ayuden a
manejarse mejor, fortalecer el mercadeo y elaborar planes de negocios
más aterrizados.
Cuadra forma parte este año del programa Impulsa tu Empresa, que
ejecuta la organización de impulso al desarrollo TechnoServe y es ahí
donde están afinando varios detalles para crecer de forma sostenida y
aprovechar los recursos con los que actualmente cuentan.
CONTACTO
La tienda de venta, de Panadería El Maná, está ubicada frente al costado oeste del cuerpo de bomberos en Masaya.
Correo electrónico: el.mana07@hotmail.com y los teléfonos son: 2522 3343, 8560 8821 y 8786 6661.
Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni, Managua, Nicaragua.
Sección: Reportaje Especial/Economía.
Viernes 08 de Enero del 2016.
viernes, 8 de enero de 2016
El dulce éxito de “El Maná”
Publicado por Josue B en 10:12
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