jueves, 29 de diciembre de 2016

Ejemplo de fortaleza y determinación

Sobrevivio a una descarga eléctrica, está en silla de ruedas y tiene su propio negocio. 

Gerald Aburto Hernández es técnico en refrigeración y aire acondicionado. En 1986, cuando tenía 14 años, sufrió una descarga eléctrica de un cable de alta tensión de 13 mil voltios, lo operaron de la columna y ya no pudo recuperar la movilidad en sus piernas. A pesar de su discapacidad, Aburto trabaja duro para sacar adelante a su familia.

“Estaba arriba de un techo queriendo cortar una naranja y recibí la descarga. Sobreviví a la descarga, pero en la caída de una altura como de siete metros, se me dañó la columna y como estaba en la etapa de desarrollo me explicaron los doctores que no me podían operar, pero me advirtieron que con el tiempo iba a tener problemas”, recordó.

A los 20 años, Gerald empezó a perder fuerza en las piernas, se caía fácilmente y recibió la mala noticia de que su columna no aguantaba su propio peso. 

“Estaba comprimida la médula, tenía que hacerme una cirugía, me pidieron unos materiales que eran caros, los conseguí hasta los cinco años que gracias a Dios me los donaron, me operó el doctor y me hicieron una fijación en la columna”, relató.

Este señor de 42 años vende y reparara cocinas, microondas, planchas, abanicos, licuadoras, arroceras, entre otras cosas. Aprendió este oficio gracias a su padre José Noel Aburto, quien ya falleció.

“Yo creía que no volvería a trabajar en lo que me gusta, tuve complicaciones, me operaron cuatro veces, de una hernia y una úlcera que se me hizo por estar sentado. La última cirugía fue hace un año, la más dura fue la de la columna, porque me la fijaron con unos pernos y una platina”, contó Hernández. 

Este hombre de contextura recia llegó solo a su tercer año de secundaria, pero como se casó ya no pudo seguir estudiando.

Su esposa y sus dos hijos han sido un pilar fundamental en su hogar, ellos le ayudan en el negocio que se ubica de los semáforos de la terminal Santiago, de Jinotepe, media cuadra al norte, sobre la Carretera Panamericana.  

Situación dura

Su motivación para seguir adelante es ver la felicidad de su familia y de haber regresado a Jinotepe a la casa que le heredó su abuelita.

“Nosotros venimos de un proceso, mi abuelita iba a vender esta casa para operarme, nos fuimos a otro lado (Managua), pero gracias Dios me donaron los materiales y no hubo necesidad de venderla, volví a mi pueblo, con mi gente y recuperé los clientes”.

Este comerciante trabaja con préstamos en los bancos, adujo que hay semanas buenas y malas, pero que logra sacar siempre para la comida.

“A las personas con y sin discapacidad les digo que por muy difícil que sea la situación, Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, la vida es una y hay que amarla”, concluyó. 

Trabajo es difícil

Lo difícil de su trabajo, comentó Gerald Aburto Hernández es subir y bajar a su establecimiento por una rampa, la comprensión de la gente (clientes) y a veces la falta de un ayudante que esté de manera permanente. Refiere que ha capacitado a varios jóvenes, pero luego estos compran sus herramientas y se van para poner su propio negocio.

Añadió que su vida no ha sido nada fácil, porque para poder movilizarse depende de su familia, madre, esposa y sus dos hijos que cursan la universidad.

“Yo uso una sonda foley para orinar, es duro, pero tengo fe en Dios que él haga el milagro y me saque de esta situación en la que me encuentro”, dijo. 

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua.  
Sección: Departamentales. 
Jueves 29 de Diciembre del 2016.     

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Apostar por un negocio que no existía fue su éxito

Fanor Fernández identificó servicios que aún no se ofrecían en el país y pese al riesgo que implica, decidió aventurarse, convirtiéndose así en un exitoso empresario.    

     
Fanor Fernández Somarriba, propietario de
Minibodegas y Databank S.A.    

Por: Dora González Alvarez.

Romper la tradición de los negocios familiares hizo que Fanor Fernández Somarriba viera la oportunidad de impulsar una empresa cuyos servicios, no eran conocidos por los nicaragüenses en los servicios de empresas nacionales. El exilio lo llevó a los Estados Unidos en 1979, donde trabajó en empresas que le enseñaron a valorar el tiempo, a la no tolerancia de que las cosas no queden bien y la ética en los negocios. Estudió Administración de Empresas y el resto de su formación ha sido autodidacta y por las experiencias de la vida.

Fue en 1993 que regresó a Nicaragua para administrar la empresa que por años había sido el negocio familiar. Seguro el nombre las 3F se le hace familiar: antes en ese edificio, en la Carretera Norte, funcionaba una fábrica textilera, que cerró en 2003, tras 80 años operando en el país. Su cierre hizo que Fernández Somarriba diera vida a Minibodegas y Databank S.A., esta última es el centro de documentos más grande de Nicaragua que almacena, administra físicamente y electrónicamente documentación y procesos documentales.    

Ese instinto por los negocios y su aporte al sector empresarial hicieron que este año Fernández Somarriba fuera seleccionado por la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN) como su Empresario Distinguido.
 
Se declara apasionado por la naturaleza, amante de la familia y andar en bicicleta es la actividad física que más lo relaja, a sus 58 años. Y ahora, como parte del proceso de crecimiento de la empresa han iniciado el proceso de la construcción de un nuevo edificio para Databank y Minibodegas en el sector de la Pista Suburbana, pues en el local de las 3F funcionará una plaza comercial.    

¿Qué tiene que hacer un empresario para ser exitoso?
Lo que hace un empresario es identificar oportunidades de negocios y estructurar un negocio, para solventar esas oportunidades. Yo identifiqué dos que eran únicas en Nicaragua en ese momento, porque si vas a poner cosas que ya existen, tenés el problema de la competencia desde el inicio y podés juzgar si funciona o no versus al que no existe, dije: Me voy a meter en eso porque todavía hay un mercado al que todavía no se ha identificado y le voy a echar ganas, y en ambos casos nos ha ido muy bien.   

¿Cuál es la clave del éxito de un negocio?
Estudiando externamente e internamente el mercado al que te dirigís, en cómo lograr crear un negocio competitivo, negocio longevo, exitoso, únicamente y exclusivamente atendiendo la necesidad del cliente de una forma satisfactoria.     

¿Qué ventaja tiene Nicaragua que no tienen otros países para hacer negocios?
En Nicaragua, lo primero que vas a encontrar son espacios vacíos, Databank era un espacio vacío que yo llené, pero a pesar que hay oportunidades totalmente vacías, también hay oportunidades donde tal vez no se ha desarrollado mucho esa industria de negocio, entonces podés entrar y Nicaragua versus los otros países tiene oportunidades dentro de la debilidad de su economía.   

¿Cuál es el principal problema de los empresarios?
El problema de los nicaragüenses es que nosotros muchas veces nos hemos cerrado en lo que es el “paisito”, Nicaragua es el más atrasado, el nicaragüense tiene que empezar a ver afuera para ver hacia adentro, si queremos seguir haciendo crecer nuestra economía tenemos que ver más allá de las fronteras (…) yo inicié el negocio y después fui afuera para ver cómo se visionaba el negocio que no existía y aun cuando estás en el negocio tenés que visionar qué cosas están pasando más allá de Nicaragua que te beneficiaría como empresario.  

¿Por qué cree que ahora hay más personas invirtiendo en el país? 
Ahora la inversión está agarrando mucho más confianza que tal vez no estaba hace 8 años, se está invirtiendo en el país, antes había un color horroroso, ese color horroroso dejó espacios vacíos de oportunidades. Los que tuvimos la visión y la oportunidad lo aprovechamos y yo trato hasta el día de hoy seguir expandiendo, buscando esas oportunidades.   

Siendo la suya una empresa poco tradicional, ¿qué aceptación ha tenido? 
Al inicio solo las empresas extranjeras valoraban la importancia de guardar sus documentos bajo este sistema, pero con el tiempo las nacionales han ido contratando los servicios, es cuestión de valorar la importancia que tienen la seguridad del material que desean conservar.   

¿Por qué tener los documentos en físico y no en la nube? 
Todos los documentos que están en Databank están digitalizados en un sistema interno. No se guardan en la nube porque tenés que pasarlos por un proceso de digitalización (…), además, a medida que vas subiendo documentos a la nube dependés de la nube, el día que tengamos un terremoto en Nicaragua se pierden, nosotros nos hemos preocupado por mantener el control en Nicaragua, porque lo único que tenemos que hacer es un respaldo, tener una plantita eléctrica y ya estamos dando servicio, las nubes solo son unos servidores en otros países.  

¿Qué posibilidades existen de ser víctima de ataques informáticos? 
Si alguien hackea lo único que puede rastrear es el servidor web y no hacen nada, no interfieren en la operación del todo, ahora la información que tenemos en nuestros servidores está de una forma que no pueden jalar información crítica de determinada empresa, la información está ingresada de una forma que si alguien la llegara a halar no le sirve de nada, están un modo de datos que no va a lograr hacer nada, solo son referencias cortas, el documento en sí no va estar ahí.   

¿Cómo califica el premio recibido? 
Se siente afortunado pero de cierta forma que toda persona sea galardonada es un reconocimiento que está haciendo algo bien, pero también es una forma que tener que seguir haciendo las cosas bien, los reconocimientos son importantes pero no cambian la realidad de que tenés que seguir haciendo.Los negocios son como los jet que van volando, si te fijás por al ventana todo está bien, pero en ningún momento te vas a la baja de la guardia o apagás el motor, los negocios en el mercado están compitiendo sin recesos, sin práctica, solamente tenés que seguir.   

      
Fanor Fernández Somarriba, propietario de
Minibodegas y Databank S.A.      

"Un negocio es como un hijo, es tu reflejo que querés transmitir, que es lo que la gente vea, perciba, realmente uno se preocupa por lo que está ofreciendo y eso se logra solo con el compromiso del trabajo". 

Fanor Fernández Somarriba, empresario distinguido por la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN).     

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua.   
Sección: Economía.  
Miércoles 21 de Diciembre del 2016.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Claudia Neira convirtió su “caponera” en un “avión”

Claudia Neira convirtió su “caponera”  en un “avión”  


Hace 11 años Claudia Neira Bermúdez estaba dando vida a una empresa en un sector incipiente. Hoy es la Mujer Empresaria del Año.       

Por: Gisella Canales Ewest     

Un escritorio dentro de la Galería Códice fue el inicio de una empresa cuyo logo impreso en papel pendía de un chinche. Hace 11 años Crea Comunicaciones era solo Claudia Neira Bermúdez, una joven comunicadora de 30 años que había decidido dejar su trabajo fijo en Washington para regresar a Nicaragua e iniciar la empresa en la que ella quería trabajar.

Siendo consultora se dio cuenta que en ese entonces en el país no había empresas de comunicación estratégica y relaciones públicas como la que ella tenía en mente. Con nada más que ideas y sueños empezó solo con una computadora y en un escritorio heredado por su hermano que se había ido a vivir a Brasil. Era un emprendimiento en el interior de la galería de arte de su mamá, sin procedimientos preestablecidos ni manuales.    

Poco después Mayela Rodríguez, quien trabajaba por su cuenta, se convirtió en la “colaboradora número uno” de Crea Comunicaciones. A Claudia le tocaba hacer las veces de contadora, de chofer, de mensajera y pagaba los gastos con su tarjeta de crédito. Un cliente sin dinero para pagar por los servicios de Crea, pero con una amplia oficina tocó sus puertas:  

“Entonces como seis meses nos pagó nuestros servicios por dejarnos usar su local”, cuenta Neira para hacer referencia a sus inicios, que ahora rememora desde un cómodo edificio corporativo, donde ya no usa el escritorio de su hermano, sino que tiene suficiente espacio para área de monitoreo, diseño gráfico, un departamento de comunicación digital, otro de comunicación estratégica y otro de relaciones públicas. Y Mayela —sobre quien bromean que durante mucho tiempo fue la empleada del mes, por ser solo ella— ya no es la única colaboradora, ahora son un equipo que supera la veintena de personas.   

Este emprendimiento hizo merecedora a Claudia, ahora de 41 años y directora ejecutiva de Crea Comunicaciones, del reconocimiento Mujer Empresaria del Año que entrega anualmente el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) en el marco de la celebración del Día del Empresario Nicaragüense, mañana.   

¿Qué fue lo que marcó la diferencia de Claudia Neira y de Crea?   
Siempre tuve claro el alcance del servicio que quería tener. Para hacer el pacto social de la junta directiva siempre tuve claro que quería ser una empresa privada. Y mucha gente me decía: “Niña, hacete una ONG, que así no pagás impuestos”. Y yo les decía: “Si yo quiero venir a Nicaragua a trabajar y a generar, tenemos que jugar limpio, porque ser empresario implica ser empresario responsable, pagar buenos salarios, capacitar a la gente, no es ningún favor que te vayás de vacaciones, no es ningún favor que te paguen tus prestaciones de ley, es lo obligatorio, es lo mínimo, pero si podemos dar más que eso, hay que darlo”. Y en ese sentido me siento contenta que en Crea tenemos muy buenas prestaciones al margen de las obligaciones de ley, porque al fin y al cabo la gente pasa la mayor parte del tiempo aquí… Yo no quería un pacto social que me limitara el actuar de Crea, entonces me decía el abogado: “Vos estás haciendo el pacto social de un (avión) Concorde y lo que tenés es una caponera”. Pero yo le decía: “No importa, la caponera va a crecer, luego va a convertirse a camioneta y poquito a poquito vamos a llegar a La Costeña”. En ese sentido yo siempre tuve la claridad de dónde quería estar y dónde quería llegar.   

Creo que uno de los principales temas es que mi razón de ser nunca fue el dinero, yo nunca quise una empresa que facturara tanto. Yo nunca quise una empresa que tuviera tantos empleados, yo quise una empresa donde las cosas se hicieran bien, hubiera un buen ambiente de trabajo y brindáramos un servicio que Nicaragua en ese momento no lo tenía. Y eso es lo que me satisface, que hemos podido hacerlo. 

Crea Comunicaciones inició con Claudia Neira en un escritorio en Galería Códice. Hoy emplea a 21 personas y tiene decenas de clientes. LA PRENSA/CORTESÍA    
 Crea Comunicaciones inició con Claudia Neira en un 
escritorio en Galería Códice. Hoy emplea a 21 personas 
y tiene decenas de clientes.       


¿Cómo se logra eso en comunicación, siendo un sector que muchas veces las empresas no ven como importante y hasta lo delegan en Mercadeo y hasta Recursos Humanos?    
Yo creo que eso ha cambiado, en parte porque has tenido resultados mostrables y evidenciables para respaldar tu trabajo y para evidenciar la importancia que tiene un trabajo planificado y estratégico, con objetivos medibles y con resultados a mediano y largo plazo. En la medida en que la comunicación sea coherente con lo que tenés, realmente comuniqués con un objetivo y una razón de ser, va a tener cabida. Y yo creo también que la gente ha empezado a entender el vínculo que tiene el tema de comunicación, reputación y sostenibilidad. Para mí ese es un triángulo perfecto, la comunicación incide totalmente en la reputación, en la manera como la gente te percibe y cómo la gente te ve, si la gente cree en vos y si la gente no cree en vos. Y al fin y al cabo eso tiene un vínculo directo con la sostenibilidad, no solamente con el tema de desarrollo comunitario y Responsabilidad Social Corporativa; al fin y al cabo si la gente te prefiere a vos eso tiene una incidencia directa en tu marca o en tu producto. Yo creo que la gente poco a poco se ha ido dando cuenta y las empresas privadas, y los grandes capitales, que esto no es simplemente una labor que podés poner al de Recursos Humanos o al de Mercadeo…     

Yo creo que eso es un reto que tenemos que pasarle también a la academia, porque la academia por los últimos años no ha estado al nivel de lo que requiere la gente; están formando periodistas, que es muy bueno, y presentadores de televisión, que es muy bueno, pero no están formando comunicadores que tengan una visión integral del trabajo de la comunicación y que pueda conseguir trabajo después.    

Sobre todo al inicio, las empresas tienden a tomar todo el trabajo que les llega, ¿qué factores se deben tomar en cuenta en este sentido?   
En el caso nuestro, que es una industria de servicios, es clarísimo ver si es algo que realmente vos podés hacer, si es algo que vas a tener el control de principio a fin de la calidad. Porque nosotros siempre decimos: ¿esto es algo que vos pondrías tu foto al lado?, ¿pondrías tu nombre al lado?, ¿te sentís orgulloso de decir que esto es un producto que vos hiciste? Entonces cuando vos no tenés conocimiento pleno de lo que implica el proceso y eso más bien te va a poner en riesgo y tu propia reputación la vas a sacrificar, es momento de decir no…     

Para emprender tenés que estar clara de tus límites y hasta dónde tenés que decir no, porque sino vas a sacrificar al fin y al cabo tu propia reputación.      

Las mujeres aún seguimos atadas a roles impuestos que nos duplican el trabajo, ¿cómo lo has manejado?      
Profesionalmente todo lo que me he planteado, afortunadamente lo he podido hacer, porque yo creo muchísimo en mí y en el equipo que tenemos. Yo soy soltera, no tengo las medidas de cuerpo escultural, tampoco tengo una serie de atributos que tendría que tener para ser considerada exitosa de acuerdo con esos roles tradicionales… Pero eso profesionalmente no me hace ni más ni menos que ninguna otra mujer profesional, entonces ahí sí creo que hay temas inevitables, pero creo también que los tiempos han cambiado, que depende también de la gente con la que compartís y de la que te rodeás, si ellos tienen una visión de la vida y los roles que tienen que jugar tanto los hombres como las mujeres, las situaciones cambian, pero que indudablemente formamos parte de una sociedad lo cual también te marca, pero yo creo que te marca en la medida que vos dejés que te marque.   

Sí, nos va a tocar hacer doble jornada probablemente; sí nos va a tocar hacer cosas que en otros espacios o en otras sociedades la carga es mucho más compartida, pero en la medida que nosotras contribuyamos a cambiar esa carga y a no victimizarnos, sino tratar de demostrar con hechos que podés, vamos a mejorarlo. Sí creo que hay muchos desafíos y como sociedad y como empresa privada tenemos que comenzar a dar pasos que no los vas a solucionar tampoco simplemente estableciendo cuotas o poniendo mujeres por ser mujeres. Yo personalmente creo que las cuotas no son la mejor solución, porque yo no contrato a nadie por ser mujer o por ser hombre, ni por su preferencia sexual ni por su preferencia religiosa, contratás a una persona que tenga las competencias. Lo que sí tenemos que tener claro es que una vez que esa persona esté dentro de la empresa, tenga las mismas oportunidades y la misma remuneración que tendría cualquier otra persona al margen de si es mujer o si es varón.    

¿Cómo te llegó la noticia de este reconocimiento?    
Yo estaba aquí y de pronto me llegó un chat: “Qué bárbara, felicidades”. Y yo: “¿Qué?” A mí ya me habían pedido mi currículum, me habían pedido mi foto, me habían preguntado. Pero viendo las antecesoras lo dejé ahí, no quise hacerme ilusiones… Sentí que era como un reconocimiento, como que ya estaba jugando en las grandes ligas de alguna manera, y que lo que has hecho calladito por un montón de tiempo, sin buscar premios y sin buscar reconocimientos, más que hacer tu trabajo bien, sea compensado… Ahora que me han llamado para entrevistas me da pena ser sujeto de noticia, porque nosotros siempre somos los que estamos detrás de la mesa… pero yo lo estoy tomando como una oportunidad para hablar del trabajo y de la importancia de la comunicación.       

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni, Managua, Nicaragua.  
Sección: Economía.  
Miércoles 07 de Septiembre del 2016.

viernes, 19 de agosto de 2016

Revive el negocio del noni en Nicaragua

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA   

Por: Wendy Alvarez Hidalgo  

Guillermo Baca estaba desempleado cuando su padre le puso entre las manos un curioso libro llegado desde Cuba. Días antes había decidido dejar su empleo como pescador en San Juan del Sur, hasta donde se había ido “a ganar vida” tras regresar del exterior después de trabajar en varios programas de ayuda humanitaria de un organismo internacional.

Al regresar de El Salvador, donde había prestado servicios humanitarios, Guillermo ante el desempleo decidió irse a San Juan del Sur a trabajar como pescador, pero al ver la falta de conciencia con el medioambiente (él propuso a los pescadores no capturar a peces hembras en época de desove y estos le desoyeron) decidió dejar ese oficio. “Nadie me secundó y como yo soy ambientalista no podía estar con un discurso por un lado y hacer cosas por otro lado”, sostiene Guillermo, quien es ingeniero agrónomo. 

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA      

Así fue como estando en su casa pensando en cómo encontrar un empleo para sostener a los seis miembros de su hogar, su padre le prestó un libro que comenzó a leer para “matar” el tiempo. Este contenía un compendio de investigaciones científicas relacionadas con un fruto que, de niño con frecuencia, se encontraba en el patio de su casa y que nunca se había interesado. “Cuando yo comencé a leer el libro yo dije: esto es una maravilla. Si una cuarta parte de lo que dice este libro fuera verdad, no debería haber más enfermedades en el mundo”, cuenta Guillermo visiblemente emocionado cuando recuerda aquel momento que marcaría el inicio de su vida como empresario del noni.

De inmediato recurrió al internet. Y ahí se enteró que hasta 2003 ya habían transcurrido 40 años de investigación sobre las bondades de este fruto. Guillermo relata que los beneficios del noni fueron descubiertos cuando en la Segunda Guerra Mundial un batallón de Estados Unidos se perdió en las montañas de la Polinesia, donde se pensó que aparecerían muertos o con desnutrición grave. “Cuando fueron encontrados tenían un estado físico mejor que cuando habían entrado a la montaña y se les preguntó: ¿cómo hicieron? y ellos respondieron que comiendo una fruta conocida como noni”, cuenta el emprendedor sobre lo que investigó en la red.   

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA   

NACE LA CURIOSIDAD     

La curiosidad de Guillermo lo llevó a investigar más sobre aquel prometedor fruto, tanto así que llamó la atención de su mamá y al ver que estaba ido leyendo aquel libro, ella le comentó: “Mirá ese es el árbol que tenemos en Masachapa”, y fue así como recordó “que cuando estaba pequeño en varias ocasiones me había parado en aquella fruta madura”.

Corriendo tomó su vehículo y se fue a Masachapa, donde se trajo un saco de noni, luego se fue a los registros del Ministerio de Agricultura sobre los cultivos en Nicaragua donde leyó que efectivamente el fruto se desarrollaba en el Pacífico y el Atlántico.

“Andaba muy estresado, porque tenía seis hijos que mantener y solo estaba sobreviviendo con mis ahorros, los que se estaban agotando”, cuenta. Hizo un primer licuado de noni, el que se tomó “y yo sentí un efecto instantáneo, como que mi cuerpo se limpió, mi visión se aclaró”. 

 Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA  

 Tal fue su sorpresa que la gastritis, que se había originado por sus preocupaciones, tras varias semanas de tomar el licuado de noni, desapareció, relata.

Comenzó a repartir dicha bebida entre sus allegados, principalmente entre aquellas personas que presentaban dolencias, incluido sus familiares.   

 Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA   

Tres meses después de experimentar, incluida con personas que tenían cáncer y que aseguran se curaron, decidió introducir el producto al mercado nacional. “Aquí había oportunidad de negocios, las bondades de este fruto nadie lo conocía, y así fue que dije ‘voy de viaje’. Me aventuré”, afirma. Así nació su marca Nicanoni.

Sacó etiqueta, registró su marca, constituyó su empresa bajo el nombre Diagrosa y un año después ya generaba 20 empleos fijos. Incluso introdujo su producto a los supermercados y farmacias. Las ventas iban en crecimiento, cuyos ingresos alcanzaron los 10,000 dólares mensuales. “Yo trabajaba día y noche fabricando”, afirma.   

R. FONSECA  

En un inicio los licuados los hacía en la cocina de su casa. “Quemé tres licuadoras, pero las ventas eran una locura”, recuerda.      

EL DECLIVE          

Pero en el 2006 varios factores negativos se conjugaron que pusieron fin al auge de Nicanoni. En primer lugar, en el mercado local varios mitos sobre el consumo de noni comenzaron a aflorar: que el noni acorta la visión, que el noni provoca impotencia, etcétera. El empresario dice que todas esas afirmaciones son falsas, al menos científicamente no han sido probadas, lo que sí está comprobado es que el noni fortalece el sistema inmunológico y su consumo adecuado ayuda a combatir una serie de enfermedades.

Guillermo, su familia y trabajadores no pudieron hacer frente a la avalancha de rumores sobre los efectos del consumo de noni y poco a poco las ventas comenzaron a decaer. Sabían que la única forma de salvar el negocio era salir a los mercados internacionales, consiguieron a un comprador en Brasil, pero en ese momento estalla la crisis económica mundial y en Nicaragua los bancos comenzaron a frenar la entrega de crédito. Este fue el segundo hecho que marcaría el declive de Nicanoni.  

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA   

Las ventas se redujeron drásticamente. De comercializar 5,000 bebidas de noni mensuales esta cayó a 100 unidades. Tuvo que despedir a todo su personal y regresar a la cocina a preparar las bebidas.  

EL RENACER       

Hace un par de años, Guillermo decidió darle impulso a la empresa que aún mantiene con vida. Optó por diversificar su producción, a la bebida decidió darle valor agregado y además incorporó otros productos como el marango y el té de hojas de noni a su portafolio empresarial. “Yo le debo la vida a Nicanoni, porque tuve un cáncer de piel y me curé con el noni”, afirma.

Con el apoyo del Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), Guillermo está enfocado en hacer crecer el negocio. Asiste a todas las ferias y tiene un local permanente en el Parque de Ferias ubicado en las inmediaciones de la Pista Suburbana.

Cada mes ahora vende más de 1,000 unidades de productos. Ahora vende extracto de noni con miel de abeja, crema regeneradora de piel a base de este fruto, cápsulas de marango con noni, entre otros.

Además emplea a cuatro personas y su meta es ampliar en el mediano plazo su planilla. Ahora está en proceso la renovación de su licencia de permiso, en el Ministerio de Salud. Su instalación cuenta con certificados de buenas prácticas.

Guillermo cuenta con la maquinaria necesaria para procesar su producto, la que obtuvo durante la época de bonanza del negocio. “Nunca me comí toda la ganancia, siempre la reinvertí y además con el Gobierno he aplicado a programas de innovación tecnológica”, afirma.  

En su fábrica tiene 20 tanques con capacidad de almacenar 1,200 litros de extracto de noni, equivalente a 80 quintales de frutas. El noni en un inicio lo cultivaba, pero ahora lo obtiene de una finca privada.

Su objetivo es reposicionarse en el mercado y exportar. Tiene capacidad para alistar cada mes un contenedor de productos. Esperan pronto regresar a los supermercados. 

Contacto     

Propietarios: Guillermo Baca Vaughan.
Dirección: Comarca Santo Domingo, Supercito Gourmet 2 cuadras al este, 15 varas al norte.
Correo electrónico: gbacav@yahoo.com
Teléfono: 22938516 / 86938384.  

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua.
Sección: Economía.
Viernes 19 de Agosto del 2016.     





viernes, 12 de agosto de 2016

Con crepas forja su futuro

Siendo niña decidió ser empresaria. Estudió Administración para saber manejar su negocio y su pasión por la cocina le permitió concretar su meta. 

Por: Lucydalia Baca Castellón    

Ante la cada vez más aguda escasez de empleo, el emprendimiento se ha convertido en una de la opciones preferidas de los jóvenes. Sin embargo, para otros es una vocación que nutren desde la niñez. Este es el caso de Paula Primante, quien encontró en su pasión por la cocina la ruta para convertirse en empresaria. En menos de tres años, su negocio Crepas.ni está próximo a abrir una sucursal en la que ofrecerá un concepto más gourmet.   

Crepas.ni     

“Desde muy chiquita me gustaba la cocina y soñaba con tener mi propio negocio, por eso estudié Administración de Empresas con énfasis en Mercadeo porque tenía que prepararme para manejar y tener todo el dominio de mi negocio”, relata Paula quien en octubre del 2013 se arriesgó a abrir una crepería, pese a estar consciente de que este alimento de origen francés no era de consumo masivo en Nicaragua. En el país se ofrecían desde hace unos diez años en una reconocida panadería que las incluye en su menú y luego una franquicia se sumó a ofrecerlas.    

Crepas.ni      
   
“Opté por las crepas porque era un concepto totalmente novedoso y versátil, además es un alimento nutritivo porque lleva leche, huevo, harina, mantequilla y se puede combinar con queso, frutas, carnes y vegetales. Es un postre que incluso se puede convertir en una comida completa. Además, cuando era chiquita mi abuelita Rosa Furlan, que era italiana, me enseñó a hacerlas y quería honrarla con mi negocio de crepas”, detalla Primante. 

Cuando se habla de crepas generalmente se viene a la mente un concepto de postre, pero Primante dice haber aprendido que sus clientes prefieren una comida completa y las más vendidas son las saladas. 

Crepas.ni  
     
MENÚ SE AMPLIÓ CON INNOVACIÓN   

“La que más se vende es la mostro, que lleva queso mozzarella como base y carne de res, pollo y cerdo y se acompaña con chimichurri y una salsa”, sostiene Primante y añade que eso no ha impedido que en los tres años de funcionamiento del negocio el menú que inicialmente solo incluía siete sabores se haya ampliado a más de veinte, entre dulces y saladas, que pueden acompañarse con una amplia oferta de batidos.

El incremento de la oferta ha sido el resultado de la constante innovación para satisfacer el gusto de los clientes que han propiciado que el chorizo, el frijol molido y otras comidas criollas se incluyan entre los ingredientes de las crepas. 

Crepas.ni    

Luego de graduarse de administradora de empresas entró a trabajar en una agencia de publicidad, dos años más tarde supo que estaba lista para iniciar su negocio, pero como muchos emprendedores llegó al punto en que muchos se estancan: la obtención del financiamiento, que difícilmente se consigue en una institución financiera.

Afortunadamente sus padres Domingo Primante y Ana Isabel Morales estaban en capacidad de otorgarle el crédito. Pero no lo entregaron hasta que recibieron el plan de negocio y el estudio de mercado que demostraban la rentabilidad de la idea, que además de equipamiento requería el pago adelantado de varios meses de renta del local.

 Crepas.ni   

 RECUPERÓ LA INVERSIÓN    

A sus 24 años Paula concretó la idea de convertirse en empresaria al abrir Crepas.ni. “Al principio fue algo difícil porque la gente no estaba muy acostumbrada al concepto de las crepas, pero gracias a Dios las han venido probando y la publicidad de boca en boca ha permitido que ahora tengamos una clientela muy buena”, asegura.

Esta emprendedora recuerda que la apertura fue un sábado y llegaron nueve personas al negocio. Actualmente vende en promedio unas ochenta crepas cada día. Esto le permite tener una empleada fija y otra que trabaja solo los fines de semana.  

Crepas.ni    

Además, en año y medio recuperó los 12 mil dólares que le prestaron sus padres y ha logrado reunir recursos para expandir el negocio. “En noviembre abriré un segundo local que se llamará Crepas Urbanas. Estará ubicado en Plaza La Fe, en la pista suburbana y ofrecerá un concepto más gourmet, será un concepto novedoso que estará relacionado con la gente joven, será totalmente fresco y me permitirá generar entre tres y cuatro nuevos empleos”, dice.

Además, planea expandirse hacia otras ramas. Actualmente reparte su tiempo entre la atención del negocio y sus estudios para perfeccionar las técnicas en panadería y pastelería, ya que su próxima meta es abrir otro negocio en esta rama y está segura que pese a los obstáculos que “siempre van a existir”, cuando se establecen metas hay que luchar hasta alcanzarlas.   

Contacto  

Crepas.ni está ubicado en el quiosco número uno, al final de la segunda etapa del Puerto Salvador Allende, contiguo al restaurante Los Maderos. Puede obtener información a los teléfonos 8810-7483 y 8886-1044, al correo electrónico: paula.primante@gmail.com y en Facebook como Crepas.Ni

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua. 
Sección: Economía
Viernes 12 de Agosto del 2016.   


   


viernes, 5 de agosto de 2016

Un negocio que inició con C$500

El desempleo los motivó a vender snacks en pulperías en 2014, ahora distribuyen en 50 supermercados.  

Yohany López   

Unos 500 córdobas fue el capital semilla de un negocio que dos años y medio después traería como resultado la distribución de snacks nacionales en 50 supermercados y tiendas de conveniencia, y en unas 1,000 pulperías en el departamento de Managua. 

José Adrián Martínez Siles dirige junto con su padre, Mario Martínez, un equipo de 18 personas entre conductores de rutas para entrega del producto y quienes se dedican a darle sabor a plátanos, yucas, malangas y otros productos que compran a pequeños productores del interior de Nicaragua.

Fue a inicios de 2014 que esa idea surge de la necesidad de generar ingresos para una familia, donde dos de sus pilares económicos habían perdido su empleo.   

Martínez Siles recuerda que con el capital semilla de 500 córdobas compraron rosquillas a productoras en Somoto, Madriz, al norte del país, las empacaron en papel celofán y las vendieron entre sus vecinos y pulperías cercanas.

“Recuerdo que nos fue bastante bien. Vendimos todas esas rosquillas y en una semana duplicamos la compra y así, semana a semana, fuimos aumentando el volumen de compra porque la gente nos pedía más”, recuerda el emprendedor quien es ingeniero en Agroecología.  

OPORTUNIDAD EN EL PLÁTANO    

 Al tomar como referencia el comportamiento de las ventas de rosquillas de un mes, don Mario habló con su hijo José Adrián recordándole que sabía hacer tajadas y que con un empaque y buena presentación, podría concretarse otra oportunidad de negocio.

“Mi papá me recordó que él sabía preparar tajadas de plátano y podíamos aprovechar ese conocimiento para hacer un nuevo negocio. Es en ese momento que él asume la producción de las tajadas e introducimos un nuevo producto para la distribución”, recuerda Martínez.   

La apertura de camino en la oferta nacional no fue fácil. Llevó meses para crear entre las pulperías la demanda, pero con el objetivo de insertarse con mayor fuerza en sectores que pagan mejor el producto, Martínez recuerda que inscribieron formalmente Comercial Horeb y ese fue el trampolín para llegar a las tiendas de conveniencia y supermercados.  

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La primera etapa de los productos Horeb está en la selección y limpieza cultivos como la yuca.   

La aceptación, tanto de las rosquillas como de las tajadas de plátano, fue el motor para que este dúo de emprendedores viera en la yuca y la malanga otra oportunidad de seguir diversificándose.

Según don Mario compran la yuca y la malanga a productores de El Rama y la idea con esa compra es garantizar que el producto llegue lo más fresco posible a los consumidores.

De la mano de esa diversificación de productos, los emprendedores recuerdan que también necesitaron mejores condiciones y más apoyo. Entonces tuvieron que buscar otra casa para la producción, empaque y almacenamiento de los snacks. Dejaron su vivienda de habitación y se mudaron a otro punto cercano. 

“Recuerdo que iniciamos la familia trabajando. Éramos unas cuatro personas y en la medida que introducíamos esos productos, en esa medida íbamos emprendiendo junto con nuevas personas que se integraban al personal hasta consolidar ahora 18 empleos directos”, expresó Martínez.   

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Los productos Horeb se fríen con aceite vegetal.  

 UNA PROMESA  

Comercial Horeb significa, tanto para el padre como su hijo, una promesa divina que recibieron en un momento de dificultades económicas. Y lo relacionan con el lugar donde el personaje bíblico de Moisés recibió su llamado y que quedó plasmado en el libro del Éxodo.

“Fueron momentos muy difíciles. Incluso abrir esa cantidad de rutas porque al empezar podés ir a unas 20 pulperías y todas te dicen que no. Competir con las fritura que entran al país del extranjero, que tienen mejor presentación y un precio más accesible es duro, porque no teníamos ese nivel de industrialización que nos permitiera ser más competitivos”.   

Y aunque hubo momentos de cansancio por la particularidad de tocar puertas y no obtener respuestas positivas, Martínez dice que hubo gente que confió en ellos y posteriormente les solicitaban otros productos que Comercial Horeb no producía.

“Nos pedían churros dulces, nachos, chalupas de harina, enchiladas leonesas, picos y hasta café. Todo lo fuimos coordinando con productores locales en Masaya, Matagalpa y León. Nosotros les compramos directamente y esos productos los etiquetamos con nuestra marca”, dice Martínez, quien agrega que ese encadenamiento es importante tanto para los pequeños productores cuya oferta no sale de sus comunidades y a Comercial Horeb porque tiene más opciones. 

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El empaque y su presentación es importante para
el posicionamiento de productos Horeb.   

EL SUEÑO   

La anterior experiencia laboral de José Adrián le permitió empaparse mucho en el desarrollo inclusivo de comunidades, desarrollo económico y hasta tener mejor capacidad de negociación para la exportación, siendo esos elementos claves para que desde ya preparen el terreno y que Comercial Horeb llegue a otros países.

“Todo es un proceso paso a paso que se construye cada día. La idea es que los consumidores en el país nos prefieran y con esa tarjeta de presentación poder gozar de nuevos mercados en el exterior. Aún estamos trabajando las coordinaciones internas y preparándonos para un día verlo realidad”, manifestó el emprendedor.

Tanto padre e hijo consideran que la disciplina es vital para hacer negocios, ya sea con los clientes como con los proveedores y los mismos trabajadores a lo interno de un negocio que crece. Y agregan que la transparencia y valores también son necesarios en momentos cuando las ambiciones comerciales de algunos sectores son grandes.

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Una vez que se fríen los Productos Horeb y se empacan,
también se organizan en ristras para su envío a las pulperías.  

Contacto    

Comercial Horeb está en Reparto San Antonio, de los semáforos de la Asamblea Nacional dos cuadras y media al oeste a mano derecha.

Teléfonos: 87404313/ 89147945.  

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua. 
Sección: Economía.  
Viernes 05 de Agosto del 2016. 


 

viernes, 29 de julio de 2016

De ayudante a propietario

De ayudante a propietario  


Por: Dora González Alvarez

Conozca la historia de un emprendedor que se aventuró en un sector en el cual hay poca oferta.

La necesidad de independizarse y mejorar sus condiciones de vida fueron claves para que Javier Delgadillo montara su empresa Acrilicar, una microempresa familiar formal que elabora focos, pidevías, retrovisores y cualquier pieza a base de material acrílico.

En 1998 entró a un taller de esa misma línea como ayudante, pero desde entonces su visión fue independizarse, aunque para ello el deseo y entusiasmo no bastaban; debía tener un capital para hacer realidad su sueño. Dos años después se unió con otro compañero y lograron juntar 1,200 dólares, que fue su fondo semilla. El primer trabajo fue fabricar una cruz para una iglesia católica, la ganancia la invirtieron en equipos para continuar su proyecto en el que se mantuvieron juntos por 13 años, hasta que hace dos años decidieron independizarse.    

Es ahí donde los retos volvieron con fuerza. Se trataba de resurgir esta vez con la experiencia adquirida. 

 

“La base del éxito ha sido la responsabilidad, puntualidad en la entrega del trabajo, amabilidad con los clientes, precios bajos, calidad del trabajo porque la calidad es la mayor publicidad que se puede hacer porque te recomiendan otras personas”, considera Delgadillo.

Parte del éxito de ese negocio es que el uso de este tipo de piezas permite un ahorro de hasta sesenta por ciento respecto al precio de una pieza original, expresaron algunos clientes.
En ese tipo de talleres la competencia no es mucha pero sí existe al menos en Managua cuatro similares que “han salido de este mismo lugar, van luchando igual cuando yo inicié, porque el mayor reto es conseguir financiamiento, al menos yo no lo tuve; tuve que recurrir a los ahorros y una tía me prestó la otra parte”, cuenta el emprendedor.   

SEMILLERO       


En la nueva etapa de Acrilicar —tras la separación de su socio— solo dos laboraban y en la actualidad el personal está compuesto por cinco miembros de la familia, asegurados.

Flor Meza, su esposa, es la encargada de atención al cliente y facturar. Ella reconoce que cuando le plantearon la idea de iniciar su propio negocio tuvo temor, pero que siempre apoyó a su esposo. “Lo primero que hice fue encomendarlo a Dios, después empezamos a ahorrar, todo el dinero que entraba era para comprar materiales y así poco a poco hemos logrado mantenernos”, destaca. No excederse en los gastos o no comprar cosas innecesarias les permitió lograr sus metas.

El hermano de Javier, Ronald Delgadillo, ha sido un apoyo importante porque lo ha respaldado en todas sus decisiones. “Este negocio familiar se ha logrado porque ponemos todo el empeño para ser los mejores, ahora nuestra visión es otra porque en un futuro pretendo independizarme ya que el nicho de mercado es poco y me da la oportunidad de establecerme”, adelanta.   

     

El matrimonio Delgadillo Meza coincide en que la clave para que un negocio funcione es que haya armonía entre los propietarios y trabajadores para que el trabajo que realicen sea con amor y se logre la calidad, además de que el cliente sienta la satisfacción del servicio brindado, que la hora acordada de entrega de la pieza se respete y sobre todo que el dueño esté trabajando a la par del resto.  

 EN CRECIMIENTO    

En la actualidad reciben trabajos de instituciones del Estado, empresas privadas y negocios independientes, de todos los departamentos del país. Ante esa demanda uno de los proyectos que tienen a corto plazo es conseguir un crédito para comprar nuevos equipos y ampliar los servicios del taller.

Además pretenden iniciar un proceso de tecnificación y capacitación para todo el personal, lo que les permitiría innovar en algunas de las piezas que elaboran.  

CONTACTO   

Propietario: Javier Delgadillo.
Dirección: Semáforos de la Asamblea Nacional, siete cuadras y media al oeste, mano derecha.
Teléfono: 2250-5043.     

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua.  
Sección: Economía.
Viernes 29 de Julio del 2016. 

domingo, 24 de julio de 2016

El nica que hace diesel con plástico

Germán Jiménez es un nica que inventó una máquina que puede procesar plástico y convertirlo en diesel. Revista Domingo le cuenta su historia.     

El nica que hace diesel con plástico      

Germán Jiménez utilizando los equipos más modernos de su proyecto de elaboración de diesel con bolsas plásticas.      

Por: Vladimir Vásquez     

El hombre de cabello blanco es Germán Jiménez. Está de pie frente a una pared que refleja los colores de unas lámparas, tiene un micrófono que le recorre todo el cachete y termina con una pelota que recoge el sonido de su voz, proyectándola ante el auditorio. Es una conferencia de TedX y está hablando de su más reciente invento, una máquina que puede procesar plástico y convertirlo en diesel. El primer prototipo, que recibió el nombre de olla tamalera, fue construido con ladrillos y metal y el éxito llegó cuando días después de haber metido plástico, salieron diez gotitas de diesel. “Esa ollita la pusimos a trabajar cuatro semanas, agarramos bolsas de las bananeras y se las echamos y después salieron como diez gotitas de diesel. Ese día celebramos como nunca”, expresa Jiménez ante el auditorio.   

Esta es la historia de un nicaragüense que está teniendo éxito en Costa Rica y que cree que ha tenido muchos golpes de suerte en la vida. Germán Jiménez era un joven cualquiera en la Nicaragua de los años 80. Su familia vivió en la colonia Unidad de Propósitos y estudió su primaria en el Colegio Madre Cayetana Alberta, donde fue uno de los alumnos destacados. Tan buen estudiante era que le tocó representar a su colegio en el programa de televisión El Pollito Intelectual, un programa creado por el fallecido profesor Julio César Sandoval, predecesor de la Liga del Saber.   


La versión más avanzada del proyecto fue elaborada por expertos en ingeniería.       

La versión más avanzada del proyecto fue elaborada por expertos en ingeniería.   


Años más tarde logró obtener una beca para estudiar en el Colegio Centro América. Jiménez usa mucho la frase “me abrió la mente”, para describir los cambios en su vida que le hicieron tener un nuevo enfoque y nuevas metas. Eso fue el Colegio Centro América para él. Un espacio donde aprendió a retarse a sí mismo, ya que según cuenta, los profesores siempre lo animaban a hacer más y mejores cosas. 

Cuando cumplió 15 años, sus padres tomaron una decisión difícil. Lo enviaron a Costa Rica para que no fuese reclutado en el Servicio Militar Patriótico y así es como emprendió su viaje hasta llegar al vecino del sur. “Hay momentos donde aparece más de un camino en la vida”, dice Jiménez ante el auditorio, mientras explica cómo su proyecto logró avanzar y se preparan para producir más de mil litros diarios de combustible con las nuevas máquinas que mandaron a retiro a “la olla tamalera”.  

Pero volvamos atrás, antes de la presentación del TedX en Alajuela y antes que se le ocurriera que podía hacer combustible de bolsas plásticas usadas. Nos quedamos en la parte donde Jiménez se fue para Costa Rica. Allá se fue a vivir donde un tío que le daba alojamiento, pero si necesitaba dinero tenía que buscar un trabajo. Así fue como ese familiar le ayudó para que empezara a trabajar como asistente de cocina. 

Le tocó vivir en Alajuela, una provincia que describe como “poco citadina”, lo que contribuyó para que su estadía fuera mucho más fácil, dado que llegaba de una Nicaragua poco desarrollada. Consiguió una beca para poder estudiar en la universidad y así entró a la carrera de Ingeniería Química, de la que se graduó en 1993.

Su primer empleo como ingeniero químico fue en una empresa de llantas, luego ocupó un cargo en una empresa de plásticos y más tarde se encontró un buen trabajo en la compañía Intel, donde desarrollaba chips de computadoras.

La empresa cerró después de 17 años de operaciones y entonces surgió la oportunidad de empezar su propio proyecto. “Un amigo que conozco desde hace más de 20 años llegó y me comentó: ‘Mirá, hay un señor en San Carlos que nos compra metanol y lo usa para crear biodiesel’”, cuenta Jiménez en la presentación ante el auditorio. Lo lógico en esos casos es pensar que la persona es un químico, pero no, su gran sorpresa fue darse cuenta que el hombre apenas había terminado la secundaria y tenía una empresa de camiones.    

Así empieza a surgir la idea de crear una máquina que pueda convertir el plástico en combustible y más tarde nace “la olla tamalera”, el primer prototipo de este proyecto y cuyos ladrillos él mismo tuvo que colocar, a pesar de no saber nada de la construcción. Pero esa parte ya la saben. Avancemos un poco. Jiménez y un grupo de amigos que ya tenían el concepto de todo entraron a un concurso organizado por el Gobierno de Costa Rica en el que podían lograr un fondo no reembolsable de seis mil dólares para su proyecto. Presentaron el proyecto y lograron obtener el capital semilla para crear un concepto mucho más complejo lleno de grandes tubos que ayudan a convertir el combustible. Y así es como ahora proyectan que en un futuro cercano podrán generar uno mil litros de combustibles diarios y más adelante, eso podrá convertirse en toneladas. Y es que esas máquinas que construyeron pueden producir gasolina, diesel y otros hidrocarburos que luego serán comercializados. 

La olla tamalera. El prototipo que dio origen al proyecto.        
La olla tamalera. El prototipo que dio origen al proyecto.       


Según expresa Jiménez, en conversación con LA PRENSA, quizás más adelante ellos podrían venir a Nicaragua y poner una de esas plantas de bajo costo para procesar el plástico y así darle trabajo a las personas que se dedican a la recolección. Prueba de ello es que en Costa Rica ya tienen prevista una alianza con un grupo de unas 500 personas recolectoras que recibirán un pago por el plástico que puedan entregar.

Por ahora dice que no admiten socios capitalistas en el proyecto, pues a pesar que buscan darle rentabilidad, tratan de hacer una obra social que permita contribuir con el medioambiente y a la vez darle empleo a otras personas. Por eso ahora están intentando obtener un fondo reembolsable de 50 mil dólares que les permitirá ampliarse y concluir con su sueño. “Si ustedes tienen una idea, conviértanla en un prototipo y ahí es donde se va a vender”, expresa Jiménez ante el auditorio.

Jiménez agradece al auditorio y hace un saludo que casi parece una reverencia, mientras el auditorio aplaude por la charla motivacional que quedó inmortalizada en YouTube.  

Si su proyecto lograra ampliarse y poner una planta en Nicaragua, Jiménez pondría a su papá Germán Jiménez a cargo de las ventas y el manejo de la planta. ¡Ah! Es que eso no se los conté. El señor Jiménez entró en el 2014 al Salón de la Fama del Beisbol Nicaragüense por completar cien jonrones y ser un destacado deportista que se retiró en 1984. Jiménez Bustos ahora tiene un negocio en el centro de San José, pero esa, esa es otra historia.     

Germán Jiménez (frente) y su padre Germán Jiménez Bustos (detrás), durante una gira familiar por cinco estadios de beisbol de Estados Unidos.       
Germán Jiménez (frente) y su padre Germán Jiménez Bustos (detrás), durante una gira familiar por cinco estadios de beisbol de Estados Unidos.      


Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua.   
Suplemento: Domingo.  
Domingo 24 de Julio del 2016.     

 



 

jueves, 21 de julio de 2016

Acarician el éxito de lo intangible

Acarician el éxito de lo intangible      


Por: Wendy Alvarez Hidalgo    

Alejandra Romero estaba en la universidad cuando su celular comenzó a sonar. Era su entonces novio Ramsés Rivas quien llamaba para comunicarle una decisión que la dejaría estupefacta: “renuncié a mi empleo y voy crear mi propia empresa. ¿Te querés sumar?” Ella estaba en su último año de la carrera de Derecho y él tenía varios años trabajando para una empresa instalando redes, reparando computadoras o desarrollando software para compañías comerciales, pero ninguno tenía experiencia en cómo manejar un negocio, cómo dirigir un personal o cómo obtener un capital semilla para echar a andar una idea de negocio. Pronto entrarían a un terreno desconocido, pero prometedor.  

De lo que estaban claros es que querían emprender y Alejandra estaba ahí para ayudar a Ramsés a hacer realidad un sueño que agarró más fuerza desde que estudiaba Ingeniería en Sistema en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Ramsés se afianzó de su convicción de que: “nosotros los nicaragüenses tenemos la capacidad de crear tecnología desarrollando software tan competitivos como los que vienen de afuera”.  

Fue así como con su liquidación y un préstamo facilitado por un amigo y tras hacer números llegó a la conclusión de que para comenzar el negocio necesitaban: una computadora portátil, un celular, un escritorio, una pequeña oficina y una persona que se encargara de los aspectos administrativos del negocio, lo que asumió Alejandra. El capital semilla: 3,000 dólares. 

Cuando Ramsés renunció a su empleo sintió miedo. “Tenía miedo saber que ya no iba a ir al cajero los 15 y 30 de cada mes a recoger mi salario y que ahora debía salir a las calles a buscarme la vida”, relata. 

Los primeros pasos de lo que hoy es Beê Business Suite fueron difíciles. Ambos emprendedores tuvieron que talonear las calles en busca de clientes. Ramsés aprovechó su contacto con las empresas donde había ofrecido su servicio y fue así como logró de entrada garantizarse cinco clientes.  

En el portafolio comenzaron a ofrecer software estándar, es decir que no son modificables y que solo los vendían a negocios vinculados al sector comercio. Alejandra explica que el salto de la empresa se dio cuando optaron por el diseño de software desarrollados a la medida, que son aquellos que se diseñan según la necesidad del cliente.  

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El estándar por ejemplo se usa en los restaurantes, farmacias, librerías, empresas de servicios, ferreterías, entre otros, mientras que el software a la medida es demandado por empresas de transporte, control de ganado, control de producción, control de óptica, control de centros médicos, explica Alejandra. Esta innovación en la carpeta de servicios de la empresa junto con la calidad de cada uno de estos productos, fue lo que permitió que la empresa creciera rápidamente hasta tener hoy en su base de clientes a más de 200 empresas.    

Pero Ramsés y Alejandra no solo se limitaron a innovar en sus productos, sino que también apostaron por un nicho de mercado al que muy pocos lo hacen: las pequeñas y medianas empresas (pymes). En este segmento de mercado ambos emprendedores descubrieron que no solo hay necesidad adaptar estos sistemas digitales, sino que también se requiere de capacitación porque “el conocimiento ahí es muy empírico” en el uso de estas herramientas tecnológicas. La capacitación y asesoría es otro valor agregado del negocio. Hoy por hoy las ventas de esta empresa crecen más del 90 por ciento anual.   

“La mayoría de nuestro crecimiento es de boca en boca, un informático le cuenta a otro, otra empresa le cuenta de la calidad de nuestras soluciones tecnológicas, así hemos crecido, casi el ciento por ciento de nuestro crecimiento ha sido por eso”, afirma.

Desde que nació, en 2004, Beê Business Suite se han diseñado 30 tipos de software, algunos de los cuales han sido patentizados, otros no porque, según Ramsés, el problema es que registrar en Nicaragua este tipo de producto es carísimo (unos 120 dólares) cuando en países de la región cuesta unos 20 dólares. Además cada vez que se actualiza un software se paga como si fuera un nuevo producto, algo que no es así en otros países.   

LOS MOMENTOS DIFÍCILES      

A Ramsés una sensación de angustia mezclada con alegría lo embarga cuando mira hacia atrás. Recuerda que una vez obtenida las herramientas básicas para comenzar el negocio y a medida que este venía creciendo se vieron en la necesidad de contratar a otro ingeniero en sistemas para cumplir en tiempo y forma los pedidos de los clientes.   

Fue así como la planilla pasa de dos a tres personas, pero el salario del tercer trabajador siempre era motivo de preocupación porque cada mes debían garantizarlo. “Si en el momento que decidí emprender este negocio hubiese sabido todo lo que debía pasar para llegar hasta lo que hoy somos, creo que lo hubiese pensado y posiblemente hoy sería un empleado”, sonríe.

Y no es para menos. Con grandes dificultades, ambos empresarios cada mes reunían el salario del tercer trabajador y para garantizar la compra de la leche de su hija, que nació tras contraer matrimonio, al mismo empleado, que era un amigo cercano a ellos, les prestaban dinero para suplir esa necesidad.

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A medida que iban creciendo la planilla también se incrementaba. Pero Ramsés y Alejandra se topan con un nuevo obstáculo: no sabían administrar personal, pero además la presentación de ambos no era la adecuada. “Nosotros no entendíamos qué era ser empresario, había una alta rotación de personal pese a que los tratábamos bien. Luego supimos que no habíamos puesto las reglas claras de la empresa”, admite Alejandra.

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 LA CAPACITACIÓN        

 Actualmente estos emprendedores forman parte de un programa de capacitación de la organización de soluciones empresariales contra la pobreza, TechnoServe, donde han aprendido a mejorar la imagen de la empresa, cómo buscar más clientes potenciales, cómo presentar el producto. “El problema de nuestro producto es que no es tangible y toca trabajar mucho con la mente de la persona para convencerlo de que te compre”, afirma la empresaria.

Después de varios años de maduración, Ramsés y Alejandra ven a su compañía dentro de cuatro años en un local de tres plantas, con uso de energía solar, incrementar la planilla de 11 a 22 y las ventas esperan que crezca un 320 por ciento.

Ambos emprendedores aconsejan a las personas que tienen idea de negocios a no tener miedo y dar el paso decisivo de una vez. “Hay que lanzarse al mercado, ¿qué es lo peor que te puede pasar?”, dice Alejandra.

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Contacto:
Propietarios: Ramsés Rivas y Alejandra Romero.
Dirección: Autolote El Chele de Altamira 2 cuadras al oeste, una cuadra al norte y cuadra y media al oeste.
Teléfono: 82375012 / 83314890
Correo: ramses.rivas@beesys.net
Web: www.beesys.net      

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua. 
Sección: Economía.
Jueves 21 de Julio del 2016. 
Fecha Original: Miércoles 20 de Julio del 2016.  





 

      




viernes, 1 de julio de 2016

Bordan el éxito con tradición

Tras graduarse de Diseño Industrial decidió transformar el negocio familiar en una empresa que combina el éxito con la tradición.   

    

 

Por: Lucydalia Baca Castellón        

Crecer entre diseños infantiles, telas e hilos de bordar impulsó a Lilliam Marisol Téllez Mercado a estudiar Diseño Industrial, y desde que se graduó en 2005 su meta ha sido modernizar el taller de ropa infantil que su madre, Lilliam Mercado, manejaba desde 1985. Actualmente una de las metas de Bordados Marisol es fortalecer una nueva línea de productos que llamarán artística —incluye diseños exclusivos para iglesias— y paralelamente trabajan en el posicionamiento de sus productos en el mercado salvadoreño.

“Crecí con la idea de que este negocio me gustaba, por eso estudié Diseño Industrial porque siempre tuve la visión de que dedicarse al trabajo artesanal vale la pena. No fui como muchos hijos de artesanos que al crecer no quieren saber del oficio. Yo no, yo decidí que este negocio era rentable y que se podía mejorar y salir adelante”, asegura Téllez.

Al graduarse Lilliam Marisol siguió su instinto, se integró de lleno al taller y a lo inmediato inició un proceso de modernización. El primer paso fue reestructurar la pequeña empresa, su padre Roberto Téllez decidió poner fin a varias décadas de trabajo en diversos bancos para hacerse cargo de las finanzas del negocio familiar. Y con apoyo de un proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), iniciaron la transformación tecnológica del taller.  

“Debido a esos cambios ahora tenemos una contabilidad formal con un programa específico para la empresa y el taller se amplió. De ocho máquinas pasamos a tener 16, incluidas varias Overlock industriales y planas eléctricas. También se ordenó toda el área de producción y se definieron las líneas de productos, se introdujeron algunos que no se elaboraban como bolsos y accesorios y se mejoraron los diseños de las prendas de vestir”, relata Téllez.

Esta transformación permitió que la producción pasara de unas cuantas piezas a la semana a un promedio de cien, y que la fuerza laboral pasara de tres a 12 personas, entre costureras, bordadoras y vendedoras.

     


 CAPACITAN A SU PERSONAL    

Como la mayoría de empresas, esta también ha enfrentado la carencia de mano de obra calificada y se ha visto obligada a capacitar a su personal.

“Nosotros les damos la oportunidad a jóvenes que quieren aprender el oficio, mi mamá les enseña y la mayoría se ha quedado mucho tiempo con nosotros, porque el bordado tradicional es algo que está desapareciendo y no se encuentra gente que sepa hacerlo, incluso hemos tenido muchachas que con su salario han pagado sus estudios y se han vuelto profesionales”, dice Téllez Mercado.

Paralelamente inició el proceso legal de registro de la empresa que nombraron Bordados Marisol, bajo el lema “uniendo lo tradicional a la moda actual” definieron las líneas de producción.   

“Porque ese es nuestro objetivo, el rescate del bordado tradicional pero incluyéndolo en prendas de vestir que sean atractivas para la mujer actual. Y aunque también hacemos piezas tradicionales hemos innovado en el diseño y corte de las piezas”, dice Lilliam Marisol.

Las líneas de producción que tiene esta empresa familiar son: prendas de vestir para dama, prendas para caballeros (especialmente camisas guayaberas), bolsos y accesorios y la línea infantil.   

   


 INNOVAR ES UNA DE LAS CLAVES     

Aunque Lilliam Marisol es quien impulsa los cambios y está a cargo de los diseños, su mamá sigue a cargo de la línea de producción de ropa femenina y de la administración, porque “este negocio siegue siendo su vida, lo que le permitió concretar su sueño de ser independiente. Además ella fue quien inició la empresa con una máquina que mi papá le compró para que elaborara las piezas que luego entregaba en las tiendas”, dice.

Además de ofrecer las prendas en la sala de ventas situada en las instalaciones de la empresa, a nivel local también tienen distribuidores en Estelí y Granada; y a nivel internacional en El Salvador y Costa Rica. También realizan ventas a través de la página de la empresa en Facebook.

El salto al mercado internacional fue a través de los clientes extranjeros que han visitado el taller y que han decidido llevar las prendas al exterior por la calidad de las mismas.    

       


 La clave del éxito de esta empresa familiar en su tránsito hacia el relevo generacional y el crecimiento ha sido, según Lilliam Marisol escuchar la opinión de su madre por ser la persona que más sabe del negocio. Una excelente comunicación y el respeto entre los tres miembros de la familia que comparten responsabilidades en la empresa. Y finalmente, innovar constante.

“La innovación nos ha hecho avanzar mucho, de hecho hemos recibido dos premios por innovación. En 2012 ganamos el primer lugar de un concurso de innovación y diseño promovido por Movistar y Cadimo cuyo premio era una asesoría por dos años. En el 2014 recibimos un reconocimiento del Ministerio de Cultura por el rescate del bordado tradicional que es una técnica artesanal muy elaborada y ese año ganamos el segundo lugar del concurso nacional de artesanías”, detalla Téllez Mercado.

Los planes para seguir creciendo incluyen potenciar el mercado salvadoreño, fortalecer la línea artística para las iglesias católicas que incluye piezas únicas como manteles, mantos y otros, y seguir innovando con las guayaberas.    

 

 Contacto     

Bordados Marisol está ubicado en Masaya, en el costado oeste frente a la antigua Estación del ferrocarril. Su teléfono es el 2522-3091. El correo electrónico: lilliammarisol@yahoo.com. La dirección de su sitio web es: http://bormarisol.wix.com/bordadosmarisol y en Facebook se encuentran como: Bordados Marisol. 

     


Bordados Marisol    


Bordados Marisol          



Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua.
Sección: Economía.
Viernes 01 de Julio del 2016.    





viernes, 29 de abril de 2016

Pan con sabor a éxito e innovación


 Por: Wendy Álvarez Hidalgo



Cuando en Nicaragua nace una panadería, su posibilidad de sobrevivir es casi cero. La mayoría recibe su “acta de defunción” un año después. Y si logra con éxito transitar por la ruta crítica del primer año, su supervivencia puede extenderse hasta los diez años, luego solo dos condiciones pueden salvarla de la extinción: un buen plan de relevo y tecnología. Dos ingredientes de los que carecen el noventa por ciento de los más de siete mil panificadores que existen en el país, entre pequeños, medianos y grandes. Esta es una de las razones por las que, según datos de la Cámara Nicaragüense del Pan, en la última década han “muerto” unas 40 pequeñas panificadoras, 20 medianas, y entre tres y cinco grandes, o sea un poco más de sesenta empresas de este tipo.

Pero no todos los planes de negocios relacionados con el pan están condenados a morir. A excepción de otros emprendedores, hace 15 años Rita Reyes y su esposo Roberto Vargas decidieron reescribir la trágica historia de la industria panificadora en Nicaragua, sin imaginar que la receta que incorporaron a su inicial plan de negocio serían tan perfecta que no solo les iba a permitir crecer a paso agigantado sino también que hoy están a punto de pisar tierras foráneas con sus productos elaborados a base de harina.   

     
Rita Reyes (a la izquierda), Gerente General de Procinsa, operadora de tres marcas de pan, muestra junto a su Jefa de Producción, el nivel de innovación en los productos que comercializan en todas partes del país.

Cansados de consumir a diario el mismo pan simple artesanal y tras conocer la experiencia innovadora en otros países de Centroamérica, el matrimonio Reyes Vargas decidió apostar por una idea de negocio que hacía un buen tiempo le venía dando vueltas: abrir puntos de venta de pan recién salido del horno, llamados puntos calientes.  

Abrir estos locales, sin embargo, sabían que no resultaría sencillo. Requerirían de una fuerte inversión, pero eso no los desanimó. Y tras hacer cuentas y atraer como socias a dos familias más, lograron reunir un capital semilla de 110 mil dólares, dieron el paso definitivo. Así nació y comenzó a gatear BuonPan, un término en italiano que en español se traduce: buen pan.  

   


De entrada se contrató a 15 personas para siete locales, distribuidos en varios supermercados y hasta mercados populares (Iván Montenegro y Mayoreo) de Managua donde se instalaron puntos calientes.

“Eran días de locura”, recuerda Rita, quien tras dedicarse por años a administrar otros negocios ajenos, decidió cerrar ese capítulo de su vida profesional para emprender junto con su esposo el negocio que cambiaría el curso de sus vidas.  

           


La clave inicial fue no sentir miedo a emprender. Fue el deseo de hacer algo distinto en el mercado panificador lo que empujó a este matrimonio a echar andar la idea, pese a que no tenían conocimiento sobre cómo se elaboraba el pan.

De lo único que estaban claros es que eran amantes de este alimento, el que nunca fallaba en la mesa. “Queríamos demostrar que en Nicaragua se podía hacer un buen pan y no que viniera una empresa extranjera a enseñarnos, esto se convirtió en un reto personal”, afirma.   

                


Para superar la barrera del conocimiento, optaron por contratar a un experto en la fabricación de pan, se lo trajeron del exterior. Se comenzaron a elaborar cuatro tipos de panes, cuyo éxito de modelo de negocio llegó a oído de otras cadenas de supermercados, las que pidieron también tener ese tipo de puntos calientes, naciendo así Mi Pancito.

Durante el proceso de crecimiento, Rita tuvo días muy difíciles. No resultaba fácil supervisar cada uno de los puntos, “pasamos casi cuatro años que nos dábamos contra las paredes”, dice la emprendedora, quien debía lidiar con la administración del negocio y la llegada de su cuarto hijo.      

               


Buscó asesoría. Desesperada por la manera rápida de cómo venía creciendo el negocio, llamó al director de la Escuela de Panificación de Panamá pidiéndole ayuda. Al llegar a Nicaragua, lo primero que le recomendó fue centralizar la zona de producción y eso implicaba repensar la forma en cómo se venía produciendo el pan y además cerraron los locales en los mercados, cuyo costo de operación era elevadísimo. De lo que estaban claros es que esa unificación de área de producción no debía sacrificar el sentido original del negocio: vender pan caliente.

Es así como esta empresaria comenzó a investigar sobre las tendencias a nivel mundial. Y fue como llegó a la fórmula de los panes precocidos congelados. “Es toda una tecnología que consiste en que nosotros horneamos el pan hasta cierto punto, es decir no le damos la cocción completa, lo congelamos y lo llevamos congelados a los puntos y allá nosotros lo terminamos de hornear”, explica.   

         


Esto les ha permitido estandarizar la calidad de los panes que se venden bajo las tres marcas que ahora operan. La tercera es Rico y Saludable, que nació de su interés por seguir innovando y apostando por una nutrición más sana entre los nicaragüenses.

Rita, quien se declara amante de la cocina, asegura que ninguna receta en este negocio está terminada. Cada una está en constante evolución. Experimenta con uno y otro ingrediente hasta que logra un producto de alta calidad.   

             
Rita Reyes, Gerente General de las marcas Buon Pan y Mi Pancito,  
muestra parte de la producción.  


Su crecimiento es tal que en un principio procesaban veinte quintales de harina por mes y hoy son 800 quintales los que venden en productos. Y además, el menú de tipos de panes supera las cien variedades.

A medida que han crecido a través de la innovación constante, han creado las condiciones económicas para ir accediendo a préstamos, los que reinvierten en tecnología en su planta de producción. “No nacimos como empresa enorme, sino que a medida que íbamos creciendo íbamos invirtiendo”, dice mientras observa desde un vidrio en su segundo piso la planta procesadora de pan que hace 15 años vio nacer.

Ahora la vida ha llevado a este matrimonio a otro reto: saltar a los mercados internacionales, los primeros pasos para vender sus productos fuera ya están dados.    

Contacto

Contacto: Rita Reyes, gerente general de Procinsa.
Teléfono: 2293-6321,
Dirección electrónica: mipancito@procinsa.net
Dirección del local: Kilómetro 10 y medio Carretera a Masaya, de la Gasolinera Uno, 450 metros al oeste.


Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua.
Sección: Reportaje Especial.  
Viernes 29 de Abril del 2016.