viernes, 5 de febrero de 2016

Una deliciosa tradición familiar

Una deliciosa tradición familiar      
El señor Victorino Castro, en conjunto con la doctora Ivonne Castellón, tiene aproximadamente una manzana sembrada de fresas, las que cultiva de manera tecnificada.  

Por: Sara Ruíz  

Para los vendedores de fresas de Las Pilas es una satisfacción ofrecer productos frescos, libres de químicos y cultivados de manera artesanal con el amor y cuidado que solo las familias productoras le dan a las plantitas de flores blancas y de ricos frutos rojos. El cultivo de esa fruta se ha hecho una tradición para las familias productoras de la comunidad de Las Pilas, en el municipio de Jinotega.

En esta comunidad son aproximadamente cinco productores de fresas los que mantienen las cosechas en el año y comercializan el producto en Estelí, Managua y Jinotega.   

Uno de estos productores es don Felipe Castro, quien junto con su familia trabaja para el cultivo de fresas en esta zona donde las variaciones del clima han afectado bastante, sin embargo agradecen a Dios que sus plantas siguen creciendo y dando frutos. 

Explicó que para poder cultivar las fresas inician en noviembre preparando el terreno para poder sembrar los estalones y aprovechar al máximo el verano porque es la única temporada recomendable para el cultivo. Castro, de 37 años, recuerda que la tradición del cultivo de fresas en la zona la inició su abuelo Vicente Castro Gadea con un terreno de tres cuartos de manzana.  

        
El señor Victorino Castro, en conjunto con la doctora Ivonne Castellón,
tiene aproximadamente una manzana sembrada de fresas, las que cultiva
de manera tecnificada.  

Para cultivar las fresas la familia Castro explica que se requieren cuidados moderados y constantes, sobre todo para el control de las plagas que atacan a las plantas, es importante además el control de maleza. A pesar de que todavía no han establecido el sistema de riego por falta de recursos económicos, Felipe Castro explicó que la altura y el clima son favorables para el desarrollo del fruto.

Toda la familia trabaja para poder proporcionar un cuidado adecuado a las plantas. Los mayores heredan sus conocimientos a los más pequeños y en el caso de Felipe le enseña a su hijo menor Neyser, de 9 años, a seguir con la tradición familiar.    

“Nosotros estamos felices por poder continuar la tradición de mi abuelo, además de nosotros mi tío Victorino Castro trabaja en conjunto con doña Ivonne Castellón para cultivar fresas de calidad”, comentó Felipe Castro, quien en su parcela tiene 7,500 plantas.

A diferencia de don Felipe, hay tres productores que mantienen un cultivo permanente gracias a la tecnificación de sus terrenos, los cuales emplastican para evitar el contacto de la flor con el suelo para que esta no se arruine. Entre los productores permanentes están Erwin Castro, Jorge González y Victorino Castro (tío de don Felipe). 

Los costos de las fresas oscilan entre los 40 córdobas en compras al por mayor y en compras menores a 60 córdobas la libra, que es vendida en los tramos ubicados en el kilómetro 159 de la carretera Matagalpa-Jinotega.

El mantenimiento que se le da a las fresas más que todo se debe a la fragilidad de la planta porque esta es atacada desde la raíz por las cigarras, el gorgojo, las mariposas y larvas que comen hojas dejando desprotegida a la planta, por lo que Elías Castro, hermano y asesor técnico de Felipe, explicó que el costo inicial para mantener sus terrenos es de 8,000 córdobas, para combatir las plagas y garantizar el crecimiento de entre 15 y 20 flores de fresas por plantita. 

La mayor satisfacción de esta familia, según concuerdan los hermanos Castro, es poder ver cada planta con su flor blanca, como signo de la esperanza de mantener sus tradiciones de generación en generación. Cada flor es una futura fresa.

120 libras semanales de fresa obtiene el señor Felipe Castro. Los que cultivan más, como don Victorino Castro, sacan 250 libras al mercado. 

   
En Las Pilas, don Victorino Castro tiene un sistema de
emplasticado de suelo para evitar la contaminación de
sus cultivos. 

ESTÁN MÁS TECNIFICADOS   

Desde que habla del cultivo de las fresas, el señor Victorino Castro muestra en su porte y su tonalidad un increíble amor a su trabajo y sus plantas. Oriundo de la comunidad de Las Pilas fue más allá de la forma de cosecha tradicional de fresas y empezó a innovar con un sistema de emplasticado de suelo para evitar la contaminación de sus cultivos.

“Las fresas que nosotros tenemos son de una variedad de California, llevamos veinte años cultivándolas en la familia y no hemos dejado que se pierdan desde cuando las trajeron a Las Pilas”, comentó Victorino, quien durante nueve años ha tenido como socia a la doctora Ivonne Castellón, conocida por ser emprendedora y vender, además de medicamentos, cajas de fresas en la centenaria farmacia jinotegana que lleva su apellido.

Don Victorino y su hijo recorren tres kilómetros diariamente desde las 6:00 a.m. para limpiar, deshierbar, regar y cortar las plantitas de fresas que crecen tímidamente en medio de bancos de tierra plastificados.

A diferencia del cultivo tradicional, estas corren menos riesgo de daños por el contacto con la tierra, aunque no están exentas al ataque de arañas, mariposas y de las ardillas que llegan a comerse los frutos de vez en cuando. 

Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni , Managua, Nicaragua. 
Sección: Reportaje Especial. 
Viernes 05 de Febrero del 2016.  



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