Historia de una mujer todo terreno
Arnulfo Urrutia
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Apenas había pasado la medianoche. La madrugada era fría. Encendió su camioneta Cusuca y tomó rumbo al Sur. Su misión era llevar miles de ejemplares del diario Barricada a los lectores del departamento de Rivas. Era la primera vez, no tenía experiencia; tampoco era muy buena la paga, pero su olfato empresarial le indicaba que debía hacerlo. Así pasaron treinta días. Al final del mes recibió un cheque por la “enorme” suma de ochocientos córdobas. Tomó conciencia. ¡Ni para la gasolina del vehículo!
Era el año 1991. La militante del Frente Sandinista y funcionaria administrativa de la Asamblea Nacional durante diez años, pasaba la prueba de fuego que a muchos sandinistas de base les tocó vivir en esa etapa: buscar el sustento para su familia, en una sociedad dividida, revanchista y un país diezmado por la guerra.
Trabajó como buhonera, vendió huevos, leche agria, cerámica y comida; hasta que puso un bar, el cual le dio mejor resultado que los anteriores intentos. Con los ingresos de este último negocio subsidió durante buen tiempo los viajes encomendados por el diario Barricada. Tal decisión no era bien vista por su familia, pero perseverante y fiel a su olfato, no hizo caso a las críticas. Después consiguió llevar en su recorrido, los diarios La Tribuna, La Noticia, la revista El País y algunas empresas aduaneras, con lo cual logró balancear gastos e ingresos. Posteriormente, consiguió una ruta hacia el Norte. Casi no dormía. Viajaba, atendía a su familia, buscaba nuevos clientes, velaba por la administración del bar, el mantenimiento de su Cusuca y otra carcachita más, que había obtenido al crédito para cubrir la segunda ruta. Daba la impresión que la carátula de su reloj tenía más de veinticuatro horas.
Varias veces se le humedecieron los ojos a la chinandegana Maritza Margarita Moncada, cuando recordaba aquellos duros tiempos. “Cuando andaba a pie, yo soñaba con llegar a tener un carrito propio” me dijo, mientras con sus manos, instintivamente levantó mi grabadora como para cerciorarse que ésta captaba ese detalle tan importante de su epopeya empresarial.
Su olfato no le falló. Dieciocho años después de aquel primer viaje a Rivas, Maritza es dueña de una importante empresa de servicios de encomiendas que genera cuarenta puestos de trabajo y otros tanto a manera de contrataciones. Posee más de quince vehículos, entre microbuses y camiones, además de un buen número de motocicletas.
La solitaria aventura de recorrer cientos de kilómetros diariamente, sin mayores alicientes, únicamente convencida de que hacía lo correcto, se convirtió en lo que ahora se llama: Servicios de Encomiendas Rápidas (SER). Empresa que suple los requerimientos del Sistema Financiero Nacional, organismos no gubernamentales, entidades de gobierno, así como importantes empresas nacionales e internacionales, por medio de sus agencias en casi todo el país.
Un aspecto muy importante a considerar es la gratitud que guarda a sus primeros colaboradores; incluso, menciona que un colega que transportaba el periódico Barricada en la ruta de Chontales, cuando ella iniciaba, ahora es el jefe de operaciones de Servicios de Encomiendas Rápidas.
El personal goza de todos los beneficios sociales que mandan las leyes y tienen una relación muy fraterna entre ellos y con ella.
Pero la superación también es a nivel empresarial, esta empresa que garantiza a su clientela llevar sus encomiendas a cualquier parte de Nicaragua en 24 horas, está modernizando su estilo de gerencia, sus equipos y medios de transporte son de primer nivel, y además se está implementando un sistema informático para el control automatizado de toda la operación empresarial.
¿Cómo ves tú empresa de aquí a cinco años?
Más consolidada. Nos vemos como líderes nacionales en servicios de encomiendas y atendiendo otros países de Centroamérica. De hecho, ya estamos distribuyendo en Honduras.
¿Cómo es la competencia en este tipo de negocios?
Hay bastante competencia, pero no le tengo miedo. La competencia me estimula a la mejora continua.
¿Cómo pueden los lectores de esta página entrar en contacto con tu empresa?
Dos momentos difíciles
¿En tus inicios, tuviste algún momento en que pensaste dejar la distribución de Barricada?
Muchos. Muchos momentos en que me dije, esto no me va a dejar nada, esto va a acabar con mi vida, de aquí no voy a pasar... pero, para el año 95 ó 96, las cosas mejoraron.
¿Cuáles fueron los principales problemas que enfrentaste después de los duros inicios?
La desorganización y la falta de recursos financieros. También fueron momentos duros, el cierre de Barricada y de los otros periódicos, la suerte que tuve es que no quebraron al mismo tiempo. Ahora bien, pero lo que más amenazó la empresa fue la quiebra de los bancos, que eran mis clientes: el Banco del Café, Interbank, Banic, Bamer. Despedí personal. Volví a pensar en cerrar. Pero recapacité y dije que no me amilanaría. Nuevamente el negocio del bar me ayudó a resurgir.
Pueden llamar a los teléfonos: 22226356, 22225429 o bien escribirnos al correo: serencomiendas@yahoo.com
y visitar nuestro sitio web:
www.serencomiendas.com
Tomado de El Nuevo Diario, Managua, Nicaragua.
Sección: Emprendedores
Miércoles 13 de Mayo del 2009.
Era el año 1991. La militante del Frente Sandinista y funcionaria administrativa de la Asamblea Nacional durante diez años, pasaba la prueba de fuego que a muchos sandinistas de base les tocó vivir en esa etapa: buscar el sustento para su familia, en una sociedad dividida, revanchista y un país diezmado por la guerra.
Trabajó como buhonera, vendió huevos, leche agria, cerámica y comida; hasta que puso un bar, el cual le dio mejor resultado que los anteriores intentos. Con los ingresos de este último negocio subsidió durante buen tiempo los viajes encomendados por el diario Barricada. Tal decisión no era bien vista por su familia, pero perseverante y fiel a su olfato, no hizo caso a las críticas. Después consiguió llevar en su recorrido, los diarios La Tribuna, La Noticia, la revista El País y algunas empresas aduaneras, con lo cual logró balancear gastos e ingresos. Posteriormente, consiguió una ruta hacia el Norte. Casi no dormía. Viajaba, atendía a su familia, buscaba nuevos clientes, velaba por la administración del bar, el mantenimiento de su Cusuca y otra carcachita más, que había obtenido al crédito para cubrir la segunda ruta. Daba la impresión que la carátula de su reloj tenía más de veinticuatro horas.
Varias veces se le humedecieron los ojos a la chinandegana Maritza Margarita Moncada, cuando recordaba aquellos duros tiempos. “Cuando andaba a pie, yo soñaba con llegar a tener un carrito propio” me dijo, mientras con sus manos, instintivamente levantó mi grabadora como para cerciorarse que ésta captaba ese detalle tan importante de su epopeya empresarial.
Su olfato no le falló. Dieciocho años después de aquel primer viaje a Rivas, Maritza es dueña de una importante empresa de servicios de encomiendas que genera cuarenta puestos de trabajo y otros tanto a manera de contrataciones. Posee más de quince vehículos, entre microbuses y camiones, además de un buen número de motocicletas.
La solitaria aventura de recorrer cientos de kilómetros diariamente, sin mayores alicientes, únicamente convencida de que hacía lo correcto, se convirtió en lo que ahora se llama: Servicios de Encomiendas Rápidas (SER). Empresa que suple los requerimientos del Sistema Financiero Nacional, organismos no gubernamentales, entidades de gobierno, así como importantes empresas nacionales e internacionales, por medio de sus agencias en casi todo el país.
Sensibilidad humana
Sus hijos, ahora socios de la empresa, también fueron soporte muy importante para realizar aquellos primeros viajes que eran toda una aventura. El hijo mayor, Tupac, es el delegado para la zona Norte y varias de sus hijas trabajan con ella y son personas clave en la empresa.Un aspecto muy importante a considerar es la gratitud que guarda a sus primeros colaboradores; incluso, menciona que un colega que transportaba el periódico Barricada en la ruta de Chontales, cuando ella iniciaba, ahora es el jefe de operaciones de Servicios de Encomiendas Rápidas.
El personal goza de todos los beneficios sociales que mandan las leyes y tienen una relación muy fraterna entre ellos y con ella.
Trabajo, estudio y superación continua
Maritza era contadora privada. Con la revolución, llegó a trabajar a la Asamblea Nacional, donde tuvo a su cargo la Dirección de Recursos Humanos. Ella recuerda que el comandante Carlos Núñez, en ese tiempo Presidente de ese Poder del Estado, la instaba a menudo para que se superara. Aquellos consejos no fueron en vano. Hoy esta exitosa empresaria, tiene una licenciatura en Ciencias Sociales, y una maestría en Gerencia de Mipymes obtenida en el año 2001. Acaba de terminar un curso de operadora de computadoras y su próximo objetivo es aprender Inglés.Pero la superación también es a nivel empresarial, esta empresa que garantiza a su clientela llevar sus encomiendas a cualquier parte de Nicaragua en 24 horas, está modernizando su estilo de gerencia, sus equipos y medios de transporte son de primer nivel, y además se está implementando un sistema informático para el control automatizado de toda la operación empresarial.
¿Cómo ves tú empresa de aquí a cinco años?
Más consolidada. Nos vemos como líderes nacionales en servicios de encomiendas y atendiendo otros países de Centroamérica. De hecho, ya estamos distribuyendo en Honduras.
¿Cómo es la competencia en este tipo de negocios?
Hay bastante competencia, pero no le tengo miedo. La competencia me estimula a la mejora continua.
¿Cómo pueden los lectores de esta página entrar en contacto con tu empresa?
Dos momentos difíciles
¿En tus inicios, tuviste algún momento en que pensaste dejar la distribución de Barricada?
Muchos. Muchos momentos en que me dije, esto no me va a dejar nada, esto va a acabar con mi vida, de aquí no voy a pasar... pero, para el año 95 ó 96, las cosas mejoraron.
¿Cuáles fueron los principales problemas que enfrentaste después de los duros inicios?
La desorganización y la falta de recursos financieros. También fueron momentos duros, el cierre de Barricada y de los otros periódicos, la suerte que tuve es que no quebraron al mismo tiempo. Ahora bien, pero lo que más amenazó la empresa fue la quiebra de los bancos, que eran mis clientes: el Banco del Café, Interbank, Banic, Bamer. Despedí personal. Volví a pensar en cerrar. Pero recapacité y dije que no me amilanaría. Nuevamente el negocio del bar me ayudó a resurgir.
Pueden llamar a los teléfonos: 22226356, 22225429 o bien escribirnos al correo: serencomiendas@yahoo.com
y visitar nuestro sitio web:
www.serencomiendas.com
Tomado de El Nuevo Diario, Managua, Nicaragua.
Sección: Emprendedores
Miércoles 13 de Mayo del 2009.
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