viernes, 5 de abril de 2013

Surgió con 10 córdobas

Es la historia de Havivi’s, que con persistencia y el trabajo de un antiguo ayudante de carpintería hoy es referencia entre grandes empresas. 

Wendy Álvarez Hidalgo  


Diez córdobas tenía en su bolsillo Esteban Bendaña cuando emprendió la aventura de echar a andar su ahora próspera empresa de carpintería y ebanistería. Fue durante una mañana, hace casi diez años, cuando este empresario y su hermano se despertaron y se vieron sus caras angustiadas tras quedar desempleados y con apenas esa cantidad de dinero para sobrevivir en los siguientes días.

Esa realidad económica les obligó a buscar una salida a sus crisis y fue cuando nació la idea de aprovechar todo el conocimiento que habían acumulado en sus antiguos empleos para crear una mueblería, sin imaginar que esta crecería como la espuma, hasta llegar a ser hoy Muebles Havivi’s.  

Sin miedo al fracaso, Esteban y su hermano emprendieron el camino hacia la independencia económica. No querían volver a ser empleados. Y fue así como se lanzaron al mercado a cazar clientes interesados en servicios de carpintería y ebanistería. Sabían que la tarea no era fácil, porque no tenían capital semilla para asegurar los pedidos, por eso solicitaban a los clientes anticipos de pago para comprar los materiales que necesitarían para la fabricación de los muebles. Sí tenían maquinaria que habían comprado cuando trabajaban para una carpintería.

“Cuando inicié el negocio, yo dije que no iba a ser un tallercito más”, afirma este joven de origen salvadoreño, que con sus manos fabrica finos muebles con maderas preciosas como caoba y cedro real.

El negocio, que inició con su hermano, creció tanto que ambos decidieron separarse años después para crear cada quien su taller, ahí fue donde surgió Havivi’s.      

Este empresario nunca fue a la escuela a aprender el oficio de dar vida a la madera. Lo aprendió cuando, al no poder ingresar a trabajar en las zonas francas, su hermano le ayudó a entrar a una mueblería como ayudante de carpintería. En esa empresa Esteban pasó momentos muy difíciles. 

Su deseo de innovar, de experimentar con nuevos diseños, de moldear la madera, dejar de ser más que un ayudante se desmoronaba como naipes cuando su jefe le decía que no se podía responsabilizar de la fabricación de un mueble porque “apenas era un ayudante”.  

“Yo siempre quería hacer el mueble más difícil que llegaban a encargar los clientes, me decían que era un ambicioso”, recuerda. Hoy en su negocio propio, Esteban ha experimentado con más de cincuenta diseños en muebles. Entre su cartera de clientes se cotizan prestigiosas empresas como Siman, Claro, las tiendas Nine West, la Universidad Americana (UAM), Night Power, Copa Airlines, Nuevo Carnic, Grupo Roble, Navega, entre otros.

El prestigio que ha acumulado esta empresa ha llegado a oídos del Estado, pues las instituciones estatales también recurren a esta empresa cuando requieren servicios de carpintería y ebanistería.

Detrás del reconocimiento que ha ganado Havivi’s está el trabajo de mercadeo de Petronila Arrechavala, esposa de Esteban. Ella no solo es la encargada de asegurarse de que los números de la empresa cuadren, sino también velar porque el nombre de este negocio se venda bien en el mercado. 

Petronila explica que la gran fortaleza de esta empresa es que trabajan muy de cerca con el cliente. Trabajan todo tipo de material, incluido el metal.

Ambos empresarios aseguran que cuidan cada detalle del producto que entregan. Si Esteban no va a asegurarse que el mueble quede bien instalado, lo hace Petronila. La empresaria asegura que el haber legalizado el negocio desde un principio le ha permitido llegar a clientes exigentes, obteniendo mejores ingresos. Participan en todo tipo de ferias.


Este es uno de los más de cincuenta tipos de diseños de muebles que esta empresa ha vendido desde hace diez años.
LA PRENSA/O. NAVARRETE   

CAPACITAN A LOS EMPLEADOS


Ahora la vida de este matrimonio ha cambiado. Antes Esteban era empleado, hoy es empleador. Antes era ayudante de carpintería, hoy capacita a sus propios trabajadores sobre el moldeo de la madera. Antes solo tenía diez córdobas en su bolsa, hoy es un hombre de negocios que se relaciona con prestigiosas empresas que están dispuestas a pagar bien por la calidad de su trabajo. Antes ambos no tenían un futuro económico que ofrecerle a sus hijos, y hoy tienen una empresa que pretenden hacerla seguir creciendo.

Al final del camino, o más bien a mitad del camino hacia la prosperidad empresarial, Esteban y Petronila dicen que ha valido la pena el esfuerzo y empeño que han invertido en esa empresa, que nació cuando el desempleo llegó un día casi de sorpresa.


Esta mueblería cuida de las buenas prácticas en el taller, así como de la calidad de cada encargo. El personal es capacitado.
LA PRENSA/O. NAVARRETE         

Aspiran al mercado externo   

Las metas de Esteban Bendaña y Petronila Arrechavala no se limitan a seguir creciendo en el mercado nacional, ellos quieren cruzar fronteras exportando muebles hacia países centroamericanos, Venezuela y Estados Unidos.

Para ellos, según Petronila, gerente de mercadeo de Muebles Havivi’s, en este momento están recibiendo capacitación para cumplir con las condiciones para obtener la certificación de calidad de buenas prácticas.

Sobre el uso de la madera, afirman que se aseguran que la misma provenga de proveedores con licencia, es decir que la misma no haya sido obtenida de forma ilegal en detrimento del medio ambiente. También pretenden seguir creciendo en cuando a la generación de empleo. Actualmente emplean a ocho personas. 

Esta mueblería forma parte de una alianza de seis talleres de este tipo para unir esfuerzos para impulsar el crecimiento de este negocio en el país. En el marco de esa alianza, los seis muebleros cuentan con un horno de uso en común y una sala de ventas que está de donde fue Lozelsa, una cuadra al este, frente al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

Contactos  

Propietarios: Esteban Bendaña y Petronila Arrechavala.

Teléfonos: 89013569 / 22544279.

Correo: havivismuebles@hotmail.com

Dirección: de donde fue La Nunciatura una cuadra arriba, una cuadra y media al sur, mano derecha.

Página web: http://www.muebleshavivis.com       

Tomado del diario La Prensa, Managua, Nicaragua. 

Sección: Reportaje Especial.

Viernes 5 de Abril del 2013.


miércoles, 27 de febrero de 2013

Carolina Pastora

  • Pocas veces me he encontrado con mujeres tan emprendedoras y creativas, pero sobre todo agradecidas como Carolina Pastora. Su esfuerzo como empresaria ha sido reconocido no solo por los consumidores del mundo, sino también por organizaciones al ser nombrada: Mujer Exportadora del Año 2011 y Empresaria del Año 2012.

    
Auxiliadora Rosales   

Muchas veces he disfrutado cada bocado de los Wafer Bliss, los rollitos Twist y los Guppy. Su textura y sabor se deshacían en mi boca sin importar si me engordaban o no. Siempre creí que los traían de otro país, de Estados Unidos quizás... Su envoltura metálica de vivos colores me lo sugerían, pero cuando me enteré que era un producto “made in Nicaragua” no lo podía creer. ¡Qué orgullo saber que somos capaces de hacer las cosas con calidad internacional!
Carolina Pastora, publicista de profesión, es la creadora de esta idea, una mujer sin límites para soñar, sin miedos a los retos, creativa hasta más no poder y capaz de transmitir esos ánimos y energía a su familia y colaboradores, como prefiere llamar a los empleados de industrias Carphil, donde se elaboran los productos Viveli.  

Llega un poco retrasada para esta entrevista, 15 minutos no más, y se excusó varias veces por ello. Arreglarse para las fotos fue la demora. A su llegada la observo por una ventana, saluda a los colaboradores que se encuentra a su paso: jardinero, afanadoras, empacadores, a todos los llama por su nombre y les pide “por favor” que le ayuden en lo que requiere.  

AVENTURA DE SABOR  

Desde hace cuatro años Carolina vive la aventura de crear un producto nicaragüense con calidad internacional. Apareció en el mercado en 2009 y su aceptación fue tan excelente que al año siguiente de haber “nacido” ya estaban exportando a Costa Rica.  

“Desde que nacimos teníamos la visión que estos productos conquistarían al mundo. Por eso a la par de que aprendíamos de nuestros errores, tomamos un vehículo y con mi esposo me fui a Costa Rica a tocar puertas a las grandes distribuidoras. Cuando llegamos nos dijeron: ¡Está delicioso!, ¿y esto dónde es hecho? Ellos también se sorprendieron de que Viveli se produzca en Nicaragua. Ese mismo día cerramos varios negocios”.


CONQUISTANDO MERCADOS

Posteriormente vinieron las conquistas de mercados como Guatemala y El Salvador. Después Honduras y República Dominicana, y en enero del 2013 mandaron su primer contenedor a México.

Para ella, uno de los ingredientes de la receta del éxito es que el ser humano debe soñar y soñar en grande.

“Yo desde niña tengo sueños: soñaba con mi príncipe azul y lo encontré (ríe), hallé al hombre ideal. Tengo un marido maravilloso, quien es mi compañero y mi socio en todos mis negocios. Para mí la gente tiene que aprender a soñar, saber que todo se puede alcanzar y que solo hay que buscar los medios para lograrlo. Somos nosotros mismos los que nos ponemos las barreras en nuestras mentes”, exhorta. 

Explica que tener un gran capital no definió su empresa, ni siquiera un préstamo, pues los bancos no dan crédito a empresas incipientes.

“Es importante encontrar la pasión en lo que hacemos. De esa manera se puede trabajar dando el ciento por ciento y más. Lo otro es poner todos los planes en las manos de Dios, agradecer por sus bendiciones y compartir con los demás. Por eso a la par de la empresa nació nuestra fundación, que estuvo constituida primero que la propia empresa”.


Carolina está segura que tanto en Nicaragua como en cualquier país del mundo es posible salir adelante. “Nosotros amamos a Nicaragua y creemos es un país de oportunidades donde todo está por hacerse. La gente tiene que recordar que Dios a todos nos ha mandado con un don, solo hay que buscarlo, pero a veces somos tan haragancitos que no lo hacemos”.

Este año, industrias Carphil lanzará al mercado cinco nuevos productos y actualmente está trabajando para conquistar el mercado estadounidense y europeo. “Es un año muy importante para nosotros. Tenemos la calidad y las certificación para ir a Europa”. 

DESDE LA NIÑEZ  

El carácter de emprendedora y luchadora Carolina lo fue moldeando desde su niñez. “Recuerdo que mi padre me decía que si quería ganarme unos reales que fuera a lavar su carro. Estaba limpio, pero yo iba con mi trapito a limpiarlo. Eso me ayudó a comprender que el trabajo es fundamental”.

Años después la llevaron junto con sus cuatro hermanos a la finca cafetalera de su familia para que se involucrara en el proceso. “Primero separaba el rojo del verde y más grande fui la pagadora. Recuerdo que tenía una lista y decía: Juan Mendozaaaa... Y por eso me pagaban”.  

Archivo personal:   

Nombre: Carolina Pastora de Gammans, propietaria de industrias Carphil.
Carphil son las primeras letras de su nombre y el de su esposo Philip Gammans, con quien procreó dos hijos: Carolyn de 26 años y Philip de 23. Ambos son administradores de empresas.
Edad: 48 años.
Es originaria de Managua.
Su pasatiempo: leer.
Es licenciada en Diseño Publicitario.
Su época del año favorita es la Navidad, “porque es un tiempo ideal para compartir y dar a los demás”, afirma.
Se confiesa: católica.
Distinciones: APEN la eligió como Mujer Exportadora del Año 2011, y en el 40 aniversario del Cosep fue distinguida como la Empresaria del Año 2012.  

Productos Viveli apareció en el mercado en 2009. Su aceptación fue tan excelente que al año siguiente de haber “nacido” ya estaban exportando a Costa Rica y posteriormente a otros países como Guatemala.    

Tomado del diario La Prensa, Managua, Nicaragua.
Suplemento: Nosotras.
Fecha Original: Martes 26 de Febrero del 2013. 
Miercoles 27 de Febrero del 2013.

viernes, 25 de enero de 2013

Queso de cabra con sabor francés

Conozca la historia que hay detrás del queso Las Cabriolas.  


Ir al Sitio Web del diario La Prensa: www-ni.laprensa.com.ni/2013/01/25/reportajes-especiales/132016-queso-cabra-sabor-frances, para que miren el video.  

Las Cabriolas con secreto europeo.


 Wendy Álvarez Hidalgo  


La masa de aire fresco que circula en la copa de los frondosos cafetales caraceños viaja a través de los naranjales y baja hasta la pequeña finca de don Milton Argüello Rodríguez. Él es, quizás, de los pocos finqueros que en Masatepe no siembra café y mucho menos cítricos, muy comunes en la zona. A finales de 2006 Milton rompió con lo tradicional y decidió dejar su trabajo como asesor técnico de cooperativas ganaderas para dedicar su tiempo a criar cabras. Hay como 15 en un angosto corral donde compiten por las hojarascas molidas en un pequeño triturador. “Se han adaptado al clima”, afirma sonriente este hombre de complexión normal y ojos verdes.

Lo dice con voz casi triunfante. Y no es para menos. Hace seis años las cabras viajaron de León (departamento con clima caliente) a Masatepe, donde se tuvieron que adaptar al clima fresco y pronto se reprodujeron. Al inicio no había ni cómo alimentar a los animales, porque en la zona no hay pastizales. Al principio todo era correr y correr para buscar la comida de las cabras.

Fue así como se comenzó a escribir la historia de éxito de Las Cabriolas, un pequeño negocio de queso de cabra artesanal, casi único en su tipo en Nicaragua, y que de la noche a la mañana se ha abierto un espacio en los paladares más selectos de este país. En un año, tras su nacimiento, el producto se empezó a vender en supermercados situados en zonas exclusivas y restaurantes. 

Pero la historia tiene su lado europeo. Resulta que Milton no se hubiese aventurado a este negocio si no fuera por su esposa, Celine Carrey, quien es francesa, y su amiga Dominique Laplaiche. Un día las dos europeas se dieron cuenta que extrañaban los quesos franceses fabricados a base de leche de cabra. La nostalgia culinaria era inmensa. Dominique había venido en 2001 de vacaciones un mes, pero luego decidió quedarse en Nicaragua. 

Carrey es especialista en lácteos, sus padres tienen en Francia una finca donde también fabrican queso de cabra. “Cuando ellas se conocieron, una se dijo a la otra: si hay una cosa que extraño en Nicaragua es el queso de cabra”, parafrasea Milton la conversación de las mujeres. Él es ingeniero agrónomo formado en Nicaragua.

Solo fue un comentario entre amigas que se había quedado flotando en el aire, hasta que esa idea llegó a oídos de Milton, quien fue el primero que animó a ambas mujeres a echar andar la iniciativa.

Se fueron a las universidades a buscar información sobre la crianza de cabras en Nicaragua e hicieron un rápido estudio de mercado. Los resultados de ese análisis eran reveladores: la oferta de queso de cabra era casi cero. “Los chefs de los restaurantes nos decían que no se encontraban quesos de cabra ciento por ciento puros”. Solo había disponible queso de este tipo pero importado, con un sabor más industrial. 

Y fue así como Milton y Celine se dieron cuenta de que valía la pena invertir sus ahorros (diez mil dólares) en el negocio. Ahí muy cerca de su residencia, en Masatepe, se compraron un pedazo de tierra de dos manzanas y media, montaron un pequeño corral, acondicionaron los espacios de procesamiento y manejo de la leche y crianza de los animales hasta dar paso al surgimiento de lo que hoy es Las Cabriolas. 

MÁS BARRERAS

El primer obstáculo a superar sin duda era lograr que los animales se adaptaran a un ambiente más frío que de lo común. Lo superaron. Pero ahora tocaba crear las fórmulas perfectas del queso.

Las muestras iniciales eran incomibles. Milton lo describe así: “Eran espantosos (...) las primeras pruebas quienes se dieron gusto fueron los perros”. Y es que resulta que la fórmula francesa no se podía adecuar al producto nica. “Empezamos a adaptar (el producto comenzado con fórmula francesa) a la temperatura y clima las materias primas”, explica.

Tras varios intentos por fin llegaron a la fórmula deseada. El queso Las Cabriolas no lleva entre sus ingredientes conservantes. “En eso nos sentimos orgullosos porque vamos a continuar conservando esa calidad”, afirma. 

Es sin duda un producto para un segmento económico de alto poder adquisitivo. Es de lujo. No se vende como el queso común, que se puede encontrar en presentaciones de libras. Este tipo de queso se oferta en gramos. 70 gramos se compra en 40 córdobas, ¿qué lo hace más costoso que el queso regular?

La disponibilidad de leche de cabra en Nicaragua es muy limitada. Cada animal produce apenas un litro de leche diario y también la comunidad de este tipo de ganado menor es reducido en el país. De hecho, Milton dice que al inicio del negocio procesaban solo tres litros de leche y ahora 15. Y debido a que la demanda ha crecido deben comprar más del fluido a otras fincas. Cada litro de leche de cabra se consigue hasta en 60 córdobas.

Pero más allá del alto costo, lo cierto es que esta leche es rica en vitaminas y es asimilada rápidamente por el cuerpo. Es recomendada para personas que no toleran la lactosa.

 Diversificar es clave 

Otro de los secretos que ha permitido a Las Cabriolas crecer como la espuma es que han diversificado su oferta de productos.

Venden queso fresco con ajo y hierbas, queso semiseco, queso fresco, queso con pimienta. Y ahora están intentando innovar con el “fromage blanc”, que es un producto que se procesa con leche de vaca.

Esta pyme cuenta con su registro sanitario, código de barra y marca.  

Contacto  

Propietario asociado: Milton Argüello.

Teléfono: 88832921.

Correo electrónico: info@fincalascabriolas.com

Página web: fincalascabriolas.com

Lugar: Los Rincones, Masatepe.  

Tomado del diario La Prensa, Managua, Nicaragua.
Sección: Reportajes Especiales. 
Viernes 25 de Enero del 2013.