El Pipe nació en las entrañas de Nagarote y se vino a Managua para romper el mito del buen quesillo nica.
Por: Wendy Álvarez Hidalgo.
Nació como idea en Nagarote, pero como proyecto se desarrolló en
Managua. Llevaban casi toda una vida trabajando en una procesadora de
quesillo familiar en ese municipio leonés. Eran asalariados. La paga
que recibían Eva María Gaitán Medina y su esposo era insuficiente
para sostener el hogar, que crecería con la llegada de su primera hija
tras varios años de casados. Y aunque en sus bolsillos no tenían ni un
córdoba para emprender su propia empresa de quesillos, no se dieron por
vencidos.
Un día llegaron a su casa, vieron a su alrededor y se percataron de
un detalle: tenían mesas, sillas, algunos utensilios de cocina, vasos y
platos que necesitaban para abrir el negocio, sin imaginar que cinco
años después su sabor culinario sería uno de los más apetecidos en esta
bulliciosa ciudad: la capital.
“Todo comienzo es duro. Comenzamos de cero”, recuerda Óscar López
Castellón. Él mejor que nadie lo sabe: “Nosotros no teníamos capital
para invertir. Cuando uno comienza un negocio uno tiene dos mil, tres
mil dólares para invertir, pero nosotros no”. El inicio de Quesillos El
Pipe, como se llama este negocio con sabor nagaroteño, estuvo rodeado
de penurias, y hoy los aires de prosperidad soplan a su favor.
“Le quiero decir a los emprendedores que no es necesario tener un gran
capital, lo más importante es el esfuerzo de la pareja, el esfuerzo de
cada uno”, sostiene. En el nacimiento de El Pipe la mano amiga fue
clave. Varias de sus amistades y familiares se prestaron a ayudarles con
financiamiento si era necesario.
Pero abrir el local, situado en el kilómetro 12.8 de la Carretera a
Masaya, no era suficiente. Ahora el reto estaba en hacerlo crecer, que
llegara al paladar de los consumidores. Y, ¿por qué El Pipe? ¿cómo
llegaron a crecer como la espuma? ¿dónde está el secreto de este éxito?
Acá algunas pistas.
Desde que comenzaron el negocio no hay día en que Eva y su esposo no
se levanten antes de las 4:00 de la mañana. Ellos creen que esa ha sido
una de las claves que les ha permitido crecer rápidamente. El mañanear
les facilita estar pendientes de cada detalle del proceso de preparación
de los jugosos quesillos que durante el día se van a vender a los
clientes.
No son empresarios de oficinas, pero según Óscar tienen “una agenda
diaria bastante dura”. A primeras horas de la madrugada, cuando aún no
raya el alba y el cantar del gallo apenas se escucha, la pareja sale a
varias fincas a acopiar leche que se utilizará para fabricar los
quesillos del día.
A las 10:00 de la mañana el local abre sus puertas. Cuando usted
llegue las primeras palabras que posiblemente escuchará son “¿qué desea
‘pipe’”. Esta expresión es recurrente en el hablar de estos pequeños
empresarios.
Es casi innata a su expresión, sale de forma natural cada vez que un
cliente se acerca al local a degustar estos quesillos preparados como
en casa. De ahí nació el nombre del negocio, cuya marca todavía está en
proceso de registrar, pero que se ha sabido posicionar muy bien entre
los consumidores de este apetecido platillo nicaragüense.
Para preparar quesillos de calidad no necesitaron escuela, a pesar de
que Eva es originaria de Río San Juan. “Qué mejor que dedicarte a
hacer lo que uno sabe hacer bien”, sostiene Óscar.
El Pipe llegó a Managua para romper el mito de que solo en Nagarote o
en La Paz Centro se puede saborear un buen quesillo nicaragüense. Es
cierto que es su cuna de reconocimiento, pero no son los únicos
herederos de ese buen sabor. Y lo están demostrando al conservar en la
capital la calidad que caracteriza a ese platillo en ambas ciudades
leonesas.
Luego de que la leche fresca es acopiada, es sometida a un proceso
hasta lograr el quesillo. “Pipita linda de los últimos cuatro años que
hemos tenido, estos dos últimos han sido muy lindos en nuestro negocio,
ya la gente nos conoce, nos apoyan, nuestra clientela está siempre
pendiente de nosotros, nos recomiendan”, cuenta Óscar, visiblemente
entusiasmado.
Todo es hecho en casa. La crema que acompaña al quesillo se extrae de
la misma leche acopiada. Y de la tortilla ni hablar. Mientras espera
que preparen su quesillo, en la cocina del local varias mujeres palmean
las tortillas que recién salidas del comal irán directo a su plato y
luego a su paladar.
EN ALIANZA
El Pipe trabaja en alianza con Masrica, una pequeña empresa procesadora de polvo de maíz, cuyo sabor y contextura conserva lo natural del maíz, la suavidad y esponjosidad propia de la tortilla nicaragüense. Cuidan la higiene, muestra de esto es que constantemente son supervisados por el Ministerio de Salud y reciben buenas calificaciones.Óscar solo tiene una demanda a las autoridades de este país: piden recibir capacitación y asesoría para seguir mejorando el negocio, y al Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) le piden ser incluidos en sus catálogos de promoción de sitios nacionales culinarios.
Las metas
El Pipe quiere seguir creciendo. Eva y Óscar, propietarios de este negocio, están ahorrando para comprar un local propio, pues donde actualmente operan es alquilado.También quieren avanzar en la consolidación de la marca. Antes, cuando el negocio apenas daba sus primeros pasos, Óscar iba de boca en boca a buscar clientes para que probaran su producto, hoy llegan al local sin ser llamados.
Contacto: Eva María Gaitán Medina y Óscar López Castellón . Dirección: kilómetro 12.8 Carretera a Masaya, Managua. Teléfonos: 2293-5947 / 8823-3556.
Tomado del diario La Prensa, Managua, Nicaragua.
Sección: Reportage Especial.
Viernes 7 de Diciembre del 2012.