jueves, 22 de octubre de 2009

Educación para el emprendimiento y el desarrollo

Un gran reto para la docencia moderna.

La educación moderna debe convertirse cada día más, en un intercambio y aplicación de conocimientos.



Educación para el emprendimiento y el desarrollo - Foto












“Empleo casi no hay, pero trabajo hay en p...”
El profesor sacó del maletín varias hojas de papel amarillentas. Las desdobló lentamente, se colocó las gafas y acto seguido comenzó a dictar párrafo tras párrafo. De vez en cuando garabateaba en la pizarra una fecha, una flecha y alguna idea estrecha. Los alumnos copiaban los conceptos y pedían se les dictara más despacio para escribirlos al pie de la letra. El profesor gustoso los recitaba casi de memoria. Tenía más de una década de utilizar aquellos papeles desteñidos, muy parecidos a papiros del antiguo Egipto.

Se puede pensar que este relato es de inicios del siglo XX, pero lamentablemente no es así. Todavía las aulas albergan profesores como el descrito anteriormente. Aún existen profesores universitarios que no saben navegar en internet ni manejan correo electrónico, y para ellos el chat es casi un asunto de brujería. Pero antes de continuar, debo aclarar que el problema no se centra en que si se utilizan hojas de papel u otro medio tecnológico para la enseñanza.

También tenemos a los “profesores karaoke”, que si bien es cierto utilizan un computador y powerpoint, lo que hacen es leer línea a línea lo escrito en cada lámina. No aportan nuevos elementos ni adaptan lo escrito al contexto, y en sus clases el intercambio de ideas es casi nulo. ¿Y si falla la energía? Están fritos. Sin el powerpoint no saben continuar con el tema a exponer.

Una nueva forma de compartir conocimientos

Si educar implica lograr cambios de conducta, cabe preguntarse: ¿qué tipo de cambios se logra con metodologías verticales de dictado y memorización? ¿Al educarnos de esa manera avanzamos o retrocedemos? ¿Qué tanta responsabilidad tiene el sistema educativo en nuestra calidad de vida?
La educación moderna debe convertirse cada día más en un intercambio y aplicación de conocimientos, donde docentes y estudiantes crezcan, la sociedad armonice y la economía se desarrolle de forma sostenible.

De hecho hay que mencionar que el concepto “alumno” debe tender a desaparecer, pues significa “sin luz”. ¿Y será cierto que haya personas que vivan totalmente a oscuras, es decir, sin conocimiento alguno?
Para educar compartiendo y creando conocimiento se deben cumplir ciertas condiciones, sin las cuales la educación no es generadora de cambios. A continuación abordamos brevemente esas condiciones:
* Comunión de intereses: el primer elemento debe ser la comunión de intereses. Esto implica definir objetivos de interés para estudiantes y docentes. Sin objetivos comunes y claramente definidos no hay buena comunicación. El docente debe estimular el compartir conocimientos y talentos. La juventud cuenta con recursos e iniciativas enormes. Esto permite incluso que el docente trabaje más relajado, pues la tarea de una educación de calidad se comparte activamente con los estudiantes.

* Análisis temático: otro elemento importante para una educación de calidad es el permanente ejercicio del análisis temático que lleve al estudiante a pensar. Así como lo leen, “a pensar”. Existe la creencia que pensar hace que duela la cabeza y tal vez hasta las neuronas. Claro, el primero que debe dar el ejemplo es el docente. Sin ejemplo no valen los consejos.

* Resolución de problemas: estimular la resolución de problemas. Analizar correctamente es el primer paso para la resolución de problemas. Un problema bien planteado es un problema en parte resuelto. Se debe llegar a comprender que el desarrollo y evolución del ser humano se ha basado principalmente en la resolución de problemas.

* Fraternidad humana y planetaria: docente y estudiantes deben tener presente que dentro de la distribución social de funciones, ellos están ahí para estudiar todas las formas posibles de ayudar a construir un mundo sostenible. El objetivo superior de todas sus acciones debe ser el bienestar del ser humano y la conservación de su paradisíaca mansión: el planeta tierra.

Espíritu emprendedor y desarrollo

Al hablar de emprendimiento no debemos imaginar únicamente la creación de empresas. Debemos entender el emprendimiento como toda acción orientada a construir algo nuevo y/o mejorar lo existente, superando cualquier obstáculo y aprovechando racionalmente todo recurso disponible.

El reto de los docentes es educar desde una óptica emprendedora que permita desarrollar los talentos natos de sus estudiantes. Que no les suceda lo que a la profesora de primaria del gran imitador Luis Enrique Calderón, que lo expulsó de su clase. ¿Y saben por qué? Por imitarla.

La educación para el emprendimiento es la base para una educación que incida positivamente en el desarrollo sostenible, el cual, según la Organización de las Naciones Unidas, “...procura satisfacer las necesidades del presente sin hipotecar las de las generaciones venideras...” De ahí que ante los nuevos retos que vive la humanidad, la educación emprendedora implique adquirir conocimientos que permitan la toma de decisiones basadas en la búsqueda del beneficio propio y la sociedad en su conjunto.

La educación para el emprendimiento tiene como una de sus expresiones, la motivación para la creación de nuevas empresas o el fortalecimiento de las actuales, a fin de dinamizar la creación de empleos y riqueza material, sin la cual todo bienestar posible es casi una utopía.

Las universidades e instituciones técnicas deberían tener entre sus indicadores de calidad, la cantidad de egresados que han salido a montar sus empresas o negocios inmediatamente que dejan las aulas. No sirve de mucho impartir la cátedra sobre emprendimiento si el profesorado, en su mayoría, contrarresta la motivación emprendedora con exposiciones karaoke o de dictado y copiado, estimulando así la mediocridad y la pereza.

El pagar unos cientos de dólares más por los llamados cursos de titulación debería ser prohibido por las autoridades competentes. Eso no es educativo ni fomenta la creatividad. Diría que incluso estimula la corrupción, en tanto estimula el facilismo. El creer que con dinero todo se puede.

Tomado de El Nuevo Diario, Managua, Nicaragua.
Sección: Emprendedores.
Jueves 22 de Octubre del 2009.